¿Saltearse el desayuno engorda?
Uno de los mandamientos nutricionales más extendidos en los últimos años asegura que saltarse el desayuno engorda. Tal fue la conclusión a la que llegaron tras años de estudio numerosos expertos en dietética y nutrición.
Otros en cambio, aseguran que el desayuno sólo podría ser un factor más a tener en cuenta para la ganancia de peso, pero no tanto por su ausencia o presencia, sino por los alimentos que se ingieren.
Tal es la opinión del comité del Center for Nutrition Policy and Promotion del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, quienes han eliminado una recomendación de 2010 que aconsejaba desayunar para prevenir el sobrepeso. Esta decisión responde a que ellos creen que los estudios de nutrición adolecen de ciertas deficiencias importantes, como ignorar los factores relacionados con la personalidad o con los hábitos alimentarios de los sujetos que participan en la investigación.
Aclaradas las cosas, a pesar de haber indicios, no es posible afirmar con rotundidad que renunciar a la primera comida del día sea causa directa de sobrepeso y obesidad. Sin embargo, quienes no desayunan o lo hacen de forma deficiente podrían ser candidatos, por un desorden en la distribución de las calorías totales de la dieta, a un desajuste energético que los conduzca a la obesidad.
Lo que sí es cierto es que cuando no desayunamos, nos privamos de una fuente de energía que necesitamos para realizar las actividades diarias. Ante esta situación, el organismo busca fuentes alternativas, usando nuestra propia masa muscular. Esto conduce a una pérdida de tejido muscular que a mediano y largo plazo hace que nuestro metabolismo queme menos calorías.