¿Querés ser súper productivo? Entonces dejá de hacer estas 5 cosas
Termina otro día de arduo trabajo y estás agotado. Hay días que parece que la agenda nos pasa por encima y que no logramos terminar todas las tareas que tenemos pendientes.
La cuestión es que esto no habla tan bien de tu productividad. Ser productivo no tiene que ver con trabajar 20 horas al día y terminar con el síndrome de «burn out» a fin de año. Se trata de saber qué hacer y qué no hacer para que nuestro día sea más organizado y nos rinda mucho más.
Pero no te preocupes, esto es algo que se puede aprender. Lo bueno es que no se trata de incorporar más cosas a tu agenda, sino por el contrario, tiene que ver con dejar de hacer algunas cosas. Acá te damos sólo una pequeña lista de hábitos a desterrar.
1. No tener un plan. Planear a medida que pasan las cosas no es para nada inteligente y daña tu productividad. Es cierto que hay cuestiones que no se pueden prever pero la mayoría sí pueden ser programadas con anterioridad.
Si no te tomás el tiempo de organizar tu día y tu semana entonces vas a terminar cumpliendo peticiones ajenas o ejecutando obligaciones que no te sirven para nada.
Tratá de planificar tu día con una semana de anticipación. Puede ser difícil al principio pero vas a ser los beneficios con el paso de los días. Hacé una lista y organizá cada tarea para cada día. Hay obligaciones que no necesariamente vas a tener que cumplir el día más ocupado de tu semana y que podés dejar para otro día, por ejemplo.
Para una organización inteligente, es fundamental que no caigas en el error del ítem siguiente.
2. Categorizar todas tus tareas como si fueran todas igualmente importantes. No todo en tu semana tiene la misma prioridad. Si no le das a cada una la importancia que merece, entonces te vas a ver envuelto en la situación de resolver una tras una cosas que no son importantes, o al menos no lo son para vos. De hecho algunos expertos sostienen que si creés que tus tareas son todas igualmente importantes, entonces ninguna de ella lo es en realidad.
Use la regla 80/20 (también conocida como la «Ley de Pareto) para determinar qué tipo de tareas debes priorizar. Según dicha teoría, el 20% del esfuerzo genera el 80% de los resultados. O sea que si tenés 10 tareas en tu día, si te dedicás por completo sólo a las dos más importantes esto se traducirá en el 80% del valor total de tu producción.
3. Dejá de decir «sí» a las peticiones de todos. Tenés que entenderlo, no podés controlar todo y el día sólo tiene 24 horas. Tu tiempo es valioso y la forma en la que lo adminitrás puede convertirte en una persona exitosa o en una víctima del stress. Tenés que cuidar tus horas como si fueran tu sueldo, tenés que ser súper selectivo en el modo en que elegís gastarlas.
Esto no significa que empieces a desinteresarte por el resto del mundo, sino que consideres que cuando cumplís la petición de otro automáticamente dejás una de tus obligaciones de lado. Hacé que esta decisión valga la pena.
4. Comprendé que trabajar más no va a solucionar todos tus problemas. Esconderse en el trabajo no es la cura de todos tus males. Una cosa es necesitar trahajar horas extras un día y otra muy distinta es dedicarle todo tu día al trabajo. Estudios han demostrado que las personas no son productivas a lo largo de toda la jornada, sino que hay unas horas en las que están más despiertas para el trabajo y luego esto comienza a decaer. Fijate cuál es tu momento del día y allí dedicate a cumplir con tus obligaciones más importantes. Comenzá a escuchar a tu cabeza y a tu cuerpo y acompañalo en la toma de decisiones. Trabajar es como ir al gimnasio, mil horas entrenando tus músculos no van a hacerlos más fuertes sino que pueden derivar en lesiones complicadas. Necesitás horas del día de descanso y recreación, de otro modo tu cuerpo va a dejar de acompañarte en aquellas horas en que lo necesites más a punto.
5. Dejá de distraerte. Si sos una persona que se distrae con facilidad va a ser complicado que seas súper productivo. En las horas en las que más concentrado necesitás estar y cuando cumplís tus obligaciones más importantes alejate de todo lo que te distraiga: el teléfono, la tele, internet. Mantenete enfocado. La meditación y el mindfulness pueden ayudarte a ejercitar tu concentración.