Cómo la pornografía afecta a tu cerebro
Después de más de un siglo, la pornografía está al alcance de todos. En Internet, sólo hace falta dar un click para ver videos eróticos y pornográficos con los que muchas más personas pueden saciar sus gustos y placer sexual. Los adolescentes no necesitan ocultar sus películas debajo de la cama, en segundos pueden consultar una página que ofrezca el placer que busca y después, desaparecer la evidencia de su ordenador al instante.
Pero tal vez esa inmediatez y acceso a la pornografía del que ahora gozamos no sea benéfico para nosotros. Un estudio publicado en la revista Archives of General Psychiatry aseguró que el consumo elevado de pornografía puede alterar la estructura y el funcionamiento de nuestro cerebro. Igual que el sexo, la pornografía hace que nuestro cerebro libere dopamina, sustancia responsable del placer y las emociones. Sin embargo, a diferencia de las relaciones sexuales, la pornografía produce un exceso de esta sustancia, la cual puede producir desórdenes cardiovasculares, renales y endócrinos. Además, esta descarga genera un tipo de adicción en la que nuestro organismo busca saciar de la misma manera para sentirnos “plenos” nuevamente.
A largo plazo, este síntoma podría convertirse en un círculo vicioso en el que necesitemos el porno para gobernar nuestro cuerpo. La revista PloS One y la Universidad de Cambridge realizaron un estudio que descubrió que el cerebro de un adicto al porno puede ser comparado con el de un alcohólico o un drogadicto. Además, en su investigación comprobaron que el cuerpo estriado de nuestro cerebro, centro de las recompensas, se iluminaba de la misma manera en alcohólicos y adictos al porno cuando se mostraba su anhelado objeto de deseo.
Pero tal vez lo más drástico es lo que encontraron los científicos alemanes. En un estudio del Instituto Max Planck los investigadores descubrieron que el volumen de materia gris disminuía conforme la cantidad de imágenes explícitas que se observaban. Ver demasiada pornografía, asegura, disminuye el tamaño de nuestro cerebro.
Según este estudio, mientras más pornografía se consumía, las conexiones cerebrales se deterioraban, y la zona encargada de la toma de decisiones, el comportamiento y la motivación también se modificaba negativamente. Utilizaron una muestra de 64 hombres de entre 21 y 45 años que veían pornografía cuatro horas a la semana. Les hicieron tomografías mientras miraban videos pornográficos y compararon el resultado con aquellos que se dedicaban a otras actividades, como hacer ejercicio o simplemente arreglar su hogar. Cuanta más pornografía consumía, más se deterioraban las conexiones neuronales entre el cuerpo estriado de su cerebro y la corteza cerebral. A este síntoma se le conoció como Porn Brain.
La tecnología avanza más y ahora podemos encontrar en el mercado algunos inventos para hacer que nuestro placer sexual aumente, como pornografía con realidad virtual. Pero los resultados no cambian, el daño que hacemos a nuestro cuerpo es el mismo. Según estas investigaciones, cada momento que nos sentamos frente a la televisión o la computadora y decidimos a oscuras y sin decirle a nadie ver pornografía, también decidimos disminuir nuestro cerebro.
Fuente: Cultura Colectiva