¿Por qué te late el ojo y cómo solucionarlo?
Si te pasó alguna vez de sentir que te late el ojo como una contracción involuntaria, espasmódica y repetitiva del músculo que lo rodea (músculo orbicular), la causa principal de que suceda es el estrés.
Aunque normalmente hablamos de temblor de ojo, habitualmente lo que tiembla es el párpado. Por eso, este temblor recibe el nombre técnico de blefaroespasmo.
Se trata de una situación que puede resultar incómoda y molesta, pero no es grave. Casi siempre es una circunstancia benigna, producida por una acción normal y automática de los músculos del párpado.
Casi siempre, el temblor de ojo es de carácter nervioso provocado por el estrés, la ansiedad o el cansancio por exceso de trabajo (sobre todo frente a la pantalla de la computadora), falta de sueño o a que éste sea de mala calidad.
Otras causas pueden ser la irritación de la córnea o la conjuntiva, lo que puede provocar parpadeos y temblor de ojo involuntario; no usar anteojos cuando las necesitamos, o que su graduación no sea la correcta también pueden hacer que el ojo nos tiemble. La solución es corregir adecuadamente los posible defectos refractivos que tengamos.
Tomar muchos estimulantes, como la cafeína, también puede favorecer la aparición de tics en el ojo.
Dentro de los blefaroespasmos, existen tres tipos. Cada uno de ellos tiene distintos síntomas.
– Espasmo palpebral menor: contracción del párpado muy ligera, parecido a un temblor leve o una pequeña vibración. No suele requerir tratamiento y su resolución es rápida y espontánea.
– Blefaroespasmo benigno esencial: este tipo de alteración suele afectar a ambos ojos, es decir es bilateral. Sus síntomas son más serios, ya que provoca un cierre involuntario, que puede llegar a ser muy intenso y convertirse en crónico.
–Espasmo hemifacial: el trastorno se localiza únicamente en los músculos de un solo lado del rostro. Se trata también de movimientos involuntarios de carácter irregular, pero en este caso más progresivos y que afectan además de al músculo orbicular, a los músculos de alrededor de la boca y al frontal.
¿Cómo eliminarlo?
Masajeá el ojo. Para relajar los músculos de la zona ocular y eliminar las palpitaciones, debés masajear los parpados con los dedos índice y corazón. Deben ser movimientos circulares de 30 segundos en cada párpado. Primero en el inferior y después en el superior.
Parpadeá durante medio minuto. Otro truco efectivo es el de parpadear rápidamente durante 30 segundos. Con esto lograrás rebajar la tensión del párpado y lubricar el ojo, lo que casi siempre acaba eliminando el tic.
Clerrá los ojos con fuerza. Apretar el párpado durante un minuto también elimina o, al menos, alivia el pequeño espasmo. Esto se debe a que, con la presión, el ojo se relaja y aumenta su musculatura. Repite el ejercicio 4 ó 5 veces, o hasta que remita el problema.
Hacete una pequeña hidroterapia. Si el problema del tic aparece en casa y esperás visita, aún podés recurrir a dos sencillos trucos con agua. En primer lugar, podés ponerte en el ojo un cubito de hielo envuelto en un trapo limpio durante 10 segundos y repetir la operación hasta seis veces. O bien, combinar el truco del cubito de hielo con una bolsa de agua caliente (también vale una compresa impregnada en manzanilla o infusión de lavanda). La contracción y dilatación de los vasos sanguíneos mejorará la circulación de la zona y relajará el ojo.
Colocá colirio. Como los ojos mal hidratados son más propensos a los tics, podés probar con unas gotas de colirio o suero fisiológico que, previamente, te haya recomendado el oftalmólogo.