Peligro: Las bolsitas de té liberan partículas de plástico

En la cotidianidad del consumo de té, uno de los rituales más extendidos y disfrutados, se esconde un fenómeno que pasa desapercibido para la mayoría: las bolsas de té, especialmente aquellas fabricadas con materiales plásticos, liberan millones de partículas de micro y nanoplásticos (MNPLs) en cada taza. 

Este descubrimiento, fruto de investigaciones recientes, ha encendido las alarmas tanto en el ámbito ambiental como en la salud pública, generando preguntas sobre los impactos potenciales en los consumidores habituales.

El estudio citado ha examinado tres tipos de bolsas de té disponibles en el mercado: las hechas de nylon-6 (NY6), polipropileno (PP) y celulosa. A través de técnicas analíticas de vanguardia como microscopía electrónica y espectroscopia infrarroja, los investigadores no solo confirmaron la presencia de MNPLs en las infusiones, sino que también identificaron variaciones significativas en las cantidades liberadas según el material

Por ejemplo, las bolsas de PP liberaron 1.20 × 10⁹ partículas por mililitro, mientras que las de celulosa y NY6 emitieron cantidades menores pero aún preocupantes.

El impacto silencioso

El consumo accidental de MNPLs provenientes de bolsas de té se suma a otras fuentes de exposición, como el agua embotellada y los recipientes plásticos utilizados para almacenar alimentos. Estas partículas, debido a su tamaño diminuto, pueden ingresar al cuerpo humano, acumulándose en tejidos y órganos, particularmente en el sistema digestivo y respiratorio. Investigaciones preliminares han detectado MNPLs en muestras de heces humanas y correlaciones entre su presencia y afecciones como enfermedades inflamatorias del intestino.

En experimentos controlados, se expusieron células intestinales humanas a partículas de NY6, PP y celulosa para analizar sus biointeracciones. Los resultados fueron reveladores: las células mucosas HT29-MTX mostraron una notable absorción de PP, mientras que las células epiteliales Caco-2 internalizaron preferentemente NY6. Estos hallazgos subrayan que la composición química de los plásticos juega un papel crucial en su interacción con el organismo humano.

Microplásticos: más allá de la taza de té

El impacto de los MNPLs no se limita al cuerpo humano. Su acumulación en ecosistemas acuáticos y terrestres plantea un desafío ecológico de magnitud global. Sin embargo, las bolsas de té, que a menudo se perciben como biodegradables, exponen un importante dilema: muchas contienen polímeros plásticos como el polipropileno para sellarlas, lo que contribuye tanto a la contaminación ambiental como a la ingesta diaria de microplásticos.

Dado el alcance de este problema, algunos investigadores y fabricantes han comenzado a explorar alternativas más seguras y sostenibles. El empleo de materiales biodegradables como el ácido poliláctico (PLA) para fabricar bolsas de té representa un paso adelante. Sin embargo, incluso estas soluciones requieren un escrutinio riguroso para garantizar que no liberan partículas en condiciones normales de uso.

La creciente preocupación por los MNPLs también ha impulsado campañas educativas dirigidas a consumidores y normativas más estrictas en la producción de envases alimentarios. Reducir nuestra dependencia de los plásticos y optar por materiales verdaderamente compostables no solo protege nuestra salud y la de nuestros allegados, sino que también es un compromiso con la preservación del planeta.

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