Obama indultó a los últimos pavos de su gestión
El presidente estadounidense, Barack Obama, perdonó a un pavo en su último Día de Acción de Gracias, una tradición anual en la que el mandatario de Estados Unidos salva a dos de esas aves -el plato principal en muchas mesas familiares ese día- de los afilados cuchillos.
Las hijas adolescentes de Obama, Sasha y Malia, que en ceremonias anteriores estuvieron a su lado, no estaban presentes este año.
En esta ocasión especial, plagada de chistes malos y sesiones fotográficas de las aves, estuvieron, en cambio, los sobrinos más jóvenes de Obama, Austin y Aaron Robinson.
«A diferencia de a Malia y Sasha, Washington aún no los ha hecho cínicos», dijo Obama entre risas.
El día de «Acción de Gracias es una oportunidad para reunirse con los seres queridos, reflexionar en nuestras muchas bendiciones y, tras una larga temporada de campaña, finalmente trasladar nuestra atención de las urnas a las aves», dijo al presentar los pavos de este año -dos ejemplares de unos 17 kg y 18 semanas de vida- procedentes de Iowa y bautizados como Tater y Tot.
Tot fue perdonado en la ceremonia del Jardín Rosado, mientras que Tater quedó de reserva para el caso de que algo saliera mal con el primero.
«Quiero dedicar un momento a reconocer a los valientes pavos que no tuvieron tanta suerte, que no aprovecharon la ocasión para obtener la libertad, que se enfrentaron a su destino con coraje y sacrificio y demostraron que no eran gallinas», dijo Obama desatando comentarios divertidos.
Una curiosa tradición
El origen de la tradición de perdonar la vida a un pavo no está muy claro, aunque los relatos remiten al siglo XIX, a los días de la presidencia de Abraham Lincoln (1861-1865), cuyo hijo, agregan esos relatos, le convenció de que le perdonara la vida a uno.
Años más tarde, John F. Kennedy perdonó la vida del pavo que tradicionalmente era regalado al presidente de la nación, aunque no lo hizo por amor al animalito sino porque consideró que era demasiado pequeño. El animal llegó con un letrero que decía “Que coma bien, Sr. Presidente”, pero él lo regresó a la granja diciendo “dejaremos que este crezca”.
El primer pavo oficialmente perdonado, lo fue durante la presidencia de Ronald Reagan. Durante un conflicto político le preguntaron al presidente si otorgaría el perdón a un coronel involucrado, y este respondió a las críticas perdonando a un pavo llamado Charlie. Aunque Reagan no perdonó más aves su sucesor, George H. W. Bush, lo implementó de manera anual desde su primer año en la presidencia (1989).
Durante muchos años los pavos fueron enviados a un parque en Virginia para que vivieran el resto de sus vidas, pero en 2005 y hasta 2009 los mandaron a Disneylandia a formar parte del desfile del Día de Acción de Gracias. En los últimos años los animales han sido enviados a Mount Vernon.
Estos pavos no son ordinarios, los entrenan desde pequeños para ser “perdonados”. Aprenden a tolerar grandes grupos de gente y los flashes de las cámaras. Sin embargo, su vida no es muy larga y la mayoría mueren al año de recibir el perdón.