¿Nos ayuda tomar fotos a acordarnos de las cosas?
A veces, pero también puede provocar lo contrario. La fotografía puede arruinar nuestros recuerdos si nos acostumbramos a tomar fotos en vez de disfrutar de los momentos en el momento en que los vivimos.
Los turistas que están apuntando constantemente con una cámara no pueden ver bien las atracciones turísticas, y menos conectarse con la gente o las emociones a su alrededor.
Recientemente se descubrió un efecto de «deficiencia por sacar fotos» cuando se estudió el comportamiento de jóvenes que le sacaron fotos a 15 objetos en un museo y solo miraron otros 15: los estudiantes recordaban menos detalles de los que fotografiaron. Aún así, el efecto es sutil. Si usaban el zoom de la cámara en áreas específicas, recordaban más detalles, incluso algunos que no salían en la foto.
Esto demuestra que la fotografía también tiene maneras de ayudar a la memoria. Concentrarse mientras se toma una foto requiere atención, lo que ayuda a la memoria. Y mirar instantáneas de momentos pasados nos ayuda a recordar más del contexto y los eventos que escogimos registrar.