La solución definitiva a las discusiones de pareja, según la ciencia
El conflicto es ineludible y se suele dar en todas las relaciones personales. ¿Cuáles son las causas? A veces, son claras, otras, se pierden en el fragor de la discusión.
Un estudio reciente publicado en la revista Nature Communications Psychologydemostró que hacer descansos de cinco segundos en una discusión pueden ayudar a calmar las peleas de pareja.
Los investigadores dijeron que cinco segundos son tan efectivos como diez o quince para gestionar conflictos de nivel inferior y evitar su escalada. Afirmaron que hacer una pausa durante una discusión puede actuar como un cortafuegos que evita que las peleas se intensifiquen, desactiva los desacuerdos y podría ahorrar la necesidad de una costosa terapia.
Es muy difícil comprender por qué discute una pareja. El conflicto de una pelea es una causa dinámica de interconexión entre los dos y donde lo que uno hace influye sobre el otro y viceversa, lo que nosotros llamamos una colusión. Y el poder, la confianza y el valor que se le dan al otro forman parte de esa dinámica de pelea. Las peleas son, entre otras, por diferencias con respecto a los hijos, a lo religioso, a lo político, al manejo del dinero o a la falta de valoración de uno hacia el otro.
Cómo se hizo el estudio
Los psicólogos de la Universidad de St. Andrews realizaron experimentos con 81 parejas y publicaron sus hallazgos en la revista Nature.
Solo cinco segundos fueron igual de efectivos que descansos forzados más largos, expresó Annah McCurry, candidata a doctorado en la facultad de psicología y neurociencia de la universidad.
“Parece obvio, pero es la primera vez que se demuestra experimentalmente una reducción de la agresividad tras pausas forzadas. Obligar a las parejas a hacer una pausa de cinco segundos resultó tan eficaz como una de diez o quince segundos, lo que demuestra que incluso las pausas más breves pueden ayudar a apaciguar una discusión”, afirmó McCurry, que dirigió los experimentos junto con sus supervisores, el doctor Robert May y el profesor David Donaldson.
“Este es un truco sencillo, gratuito y eficaz para reducir las emociones negativas durante las discusiones. Es más económico que la terapia de pareja y se puede integrar fácilmente en las interacciones cotidianas”, agregó la investigadora.
Para medir el impacto de la pausa forzada, el estudio diseñó un conflicto al involucrar a las parejas en un juego competitivo en el que podían hacer un ruido desagradable a su pareja a un volumen que eligieran. Las parejas participaron en 30 rondas del juego, con pausas impuestas a diferentes intervalos.
Se utilizó inteligencia artificial avanzada y aprendizaje automático para analizar las respuestas emocionales, que fueron capturadas por una cámara de 360 grados con audio incorporado.
McCurry y sus colegas descubrieron que las parejas tendían a igualar el nivel de agresión del otro, incluso en niveles altos. Sin embargo, imponer un breve descanso alteraba este patrón de represalias, lo que conducía a una menor agresión general.
Sin embargo, la estrategia tiene sus límites y está destinada a gestionar conflictos de nivel inferior, evitando que se conviertan en peleas más graves causadas por la excitación emocional negativa y la escasa capacidad de regulación de las emociones.
“Este enfoque no se aplica a situaciones de violencia de género”, dijo McCurry. “Se trata de manejar las discusiones cotidianas y triviales que tienen las parejas y que pueden empeorar”.
Para confrontaciones más fuertes, los expertos recomiendan dialogar luego de calmarse, para aclarar la situación y darle una solución al conflicto.
La importancia de dialogar
Identificar qué problema oculto está provocando que las peleas en las relaciones se intensifiquen permite salir del peligro, dicen los expertos.
Álvarez comentó: “Cuando estamos en tratamientos psicoanalíticos de pareja, nos involucramos con las historias familiares y de cada uno. En esos casos descubrimos cuántas cosas se repiten en estas nuevas relaciones que vienen desde el pasado histórico. Muchas veces, también, dificultades serias o no tan serias, de desencuentros en la intimidad, también se evidencian en peleas intermitentes por insatisfacciones, que son demandas encubiertas de acercamientos diferentes. Si no sacan realmente el carozo de este fruto a la luz, se reprimirán, se cuidarán de no tener un mal momento. Pero la causa de qué está pasando está subyacente. Hay muchas relaciones también que son muy competitivas, envidiosas, celosas, rivales, que luchan entre sí, a ver quién gana la pulseada”.
Y agregó un consejo final: “Recomiendo tener un encuentro semanal de cafecito o caminata a solas de diálogo, más si hay hijos. Falla mucho la comunicación, el intercambio; no son un problema los desacuerdos, pero sí lo son la falta de diálogo”.