La simpatía podría estar relacionada con la forma del cerebro
Las características de la personalidad pueden estar relacionadas con la forma del cerebro, reveló un estudio, que midió la correlación entre las diferencias estructurales del órgano y los cinco principales tipos de personalidad.
«La forma de nuestros cerebro puede aportar sorprendentes claves sobre nuestro comportamiento y los riesgos que tenemos de desarrollar desórdenes mentales», indicó en un comunicado, la Universidad de Cambridge, que participó en el estudio.
Para la investigación, un grupo de psicólogos identificó cinco elementos básicos de personalidad: el nivel de neurosis, la extraversión, la apertura de mente, la agradabilidad y la escrupulosidad.
Los investigadores observaron los escáneres de 500 personas de entre 22 y 36 años para examinar las diferencias en el córtex, la corteza cerebral donde está la materia gris.
Los expertos se concentraron en medir el grosor, el área y el número de pliegues que presentaban las diferentes personas.
«Descubrimos que el nivel de neurosis (…) está relacionado con un córtex más grueso y con área menor y menos pliegues en algunas regiones», dijo Roberta Riccelli, académica de la Universidad italiana Magna Graecia y coautora del estudio.
A la inversa, la amplitud de mente «fue asociada a un córtex más fino y a una mayor área y a más pliegues».
Este estudio es el primero que relaciona estos cinco rasgos con diferencias en la forma del cerebro, dijo a la AFP Riccelli.
Esto es «un paso crucial para mejorar la compresión que tenemos de las enfermedades mentales», dijo la experta.
«Esto puede darnos la oportunidad de detectar a personas que tengan alto riesgo de desarrollar una enfermedad mental de forma preventiva, lo que tiene obvias implicaciones para una intervención rápida», indicó.
Los investigadores abordaron una interrogante que ha ocupado durante siglos a filósofos y científicos: el hecho de si los humanos son un producto de la genética o de la crianza y el ambiente.
El estudio publicado en la revista Journal Social Cognitive and Affective Neuroscience, sin embargo, no mostró de forma concluyente una relación entre la forma del cerebro y el tipo de personalidad, señalaron los autores.
«No podemos responder a la pregunta de qué viene primero, el huevo o la gallina», dijo Riccelli, que destacó que la forma del cerebro está determinada por la genética y también por factores ambientales.