La trágica historia de amor que conmueve a Norteamérica
En Santa Rosa, California centenares de bomberos y agentes del orden adicionales se dirigieron el martes al norte de California para combatir incendios forestales que han dejado por lo menos 17 muertos, incluyendo un hombre de 100 años y su esposa de 98 que no pudieron escapar de su casa en llamas.
Sara y Charles Rippey eran el uno para el otro, llevaban casados 75 años y vivían en el Silverado Resort, en Napa. La pareja acaba de celebrar su aniversario rodeados de la familia.
El incendio los sorprendió y no lograron escapar del feroz incendio que llegó hasta su hogar. La historia de amor entre Sara de 98 años y Charles Rippey, de 100, había comenzado cuando ambos eran niños, sus miradas se habían cruzado en la escuela primaria en Hartford, Wisconsin, hace 90 años.
«Nosotros de niños siempre hablamos de cómo sería si uno de ellos muriera y el otro estuviera vivo, simplemente no podían estar sin el otro. El hecho de que hayan ido juntos es probablemente lo que habrían querido”, señaló Mike Rippey, de 71 años, hijo de la pareja a NBC.
Mike mencionó durante la entrevista que él se encontraba en Londres al momento de la tragedia pero que su hermano menor, Chuck, le había contado lo que pasó.
Los cuerpos de Sara y Charles Rippey quedaron juntos. Minutos antes de la tragedia, la persona que los cuidaba les había preparado la cena. Y cuando inició el fuego trató de rescatar a la pareja que ya estaba dormida.
Logró poner a Sara en una silla de ruedas y trato de llegar a la habitación de Charles pero en su intento, el techo empezó a caerse, situación que impidió salvarlos.
«Ella bajó a buscar a mi padre y todas las ventanas comenzaron a explotar y [había] humo y calor y todo eso en todas partes, simplemente no pudo encontrarlos”, contó Chuck a NBC.
Al menos 100 personas han resultado heridas y 2.000 viviendas y negocios han sido destruidos, de acuerdo con las autoridades, que advirtieron que esperan que esas cifras suban a medida que haya más información.
Más de 640 kilómetros (400 millas) al sur, miles de personas fueron desplazadas por un incendio forestal que destruyó o dañó 24 inmuebles, incluyendo viviendas. Los cálidos y secos vientos de Santa Ana avivaron las llamas en las malezas cercanas a los suburbios del condado Orange y propiedades ecuestres al sureste de Los Ángeles. Más de una decena de escuelas fueron cerradas.
Ese incendio, que creó problemas en importantes carreteras, se extendió a más de una veintena de kilómetros cuadrados en menos de 24 horas, mientras un escuadrón de helicópteros y avionetas bombardeaba el área con agua y retardadores de llamas, y el ejército de bomberos había crecido a 1.100 para el martes.
En el norte del estado, los habitantes en refugios de emergencia y tiendas de abarrotes dijeron que la velocidad y voracidad de las llamas los dejaron atónitos. Recordaron los bienes que dejaron atrás.
«Tantas cosas buenas, jamás volveré a verlas», dijo Jeff Okrepkie, quien huyó de su barrio en Santa Rosa sabiendo que probablemente era la última vez que vería su hogar de los últimos cinco años.
Sus temores se vieron confirmados el lunes cuando un amigo le envió una foto de lo que quedaba: un montículo humeante de hierros quemados y escombros.
Algunos de los peores incendios de los 14 que abarcan una franja de 360 kilómetros (200 millas) estallaron en los condados de Napa y Sonoma, donde se encuentran decenas de bodegas y viñedos que atraen a turistas de todo el mundo. El humo llegó hasta San Francisco, casi 100 kilómetros (60 millas) al sur.
El condado de Sonoma dijo que recibió un centenar de denuncias de personas desaparecidas. Muchos de los desaparecidos posiblemente estén a salvo, pero no hay comunicación con ellos debido a la caída de la telefonía celular y otros medios.