‘InSight’: Siete minutos de infarto para aterrizar en Marte
«Aterrizar en Marte es difícil. Hace falta destreza, concentración y años de preparación». Thomas Zurbuchen, director asociado de ciencia de la NASA, resume así el reto que la agencia espacial de EEUU tiene este lunes por delante: conseguir que su robot InSight, que fue lanzado el pasado 5 de mayo, aterrice en Marte para poder estudiar sus entrañas.
Los científicos creen que investigar su estructura interna, su composición y su actividad tectónica -los llamados martemotos- ayudará a entender cómo se formó y evolucionó tanto la Tierra como el resto de planetas del Sistema Solar.Serán siete minutos de infarto -o de terror, como dice la NASA- los que transcurran desde que la sonda entre en la atmósfera marciana a 20.000 kilómetros por hora hasta que reduzca su velocidad hasta los ocho kilómetros por hora para poder desplegar sus tres patas y amartizar a dos metros por segundo en una región llamada Elysium Planitia.
A partir de las 16.54, hora de Argentina, la NASA podrá saber si su robot ha logrado tocar tierra o se ha estrellado. El Jet Propulsion Laboratory (JPL), en California, será el encargado de recibir las señales y de controlar la nave. En su centro de control estará el ingeniero español Fernando Abilleira, subdirector de Operaciones de Vuelo de InSight: «En las últimas semanas hemos ejecutado varias maniobras para corregir la trayectoria, verificar el funcionamiento de los subsistemas del vehículo, y actualizado algunos comandos a bordo de la nave. Estas actividades se extenderán hasta pocas horas antes de la entrada en la atmósfera y son necesarias para asegurarnos de que InSight tiene la configuración necesaria para iniciar la fase de entrada, descenso y aterrizaje», relata en un correo electrónico.
Prueba de la complejidad de posarse en el planeta rojo, dice Abilleira, es que «menos de la mitad de las misiones que agencias espaciales han mandado a Marte han tenido éxito» ya que «todas las secuencias programadas tienen que funcionar a la perfección».Cuando la nave entre en la atmósfera marciana a 20.000 km/hora, durante los dos primeros minutos de descenso el escudo térmico alcanzará temperaturas de más de 1.000º C mientras que el aterrizador se mantendrá dentro de la cápsula protectora a temperatura ambiente, detalla el ingeniero.
Paracaídas supersónico
Una vez la velocidad se haya reducido hasta los 1.000 km. por hora, será el momento en que se despliegue el paracaídas supersónico. Unos 19 segundos más tarde se expulsará el escudo térmico y el radar comenzará a recoger datos sobre la altura del vehículo. A los 25 segundos del despliegue del paracaídas, las patas de aterrizaje se extenderán. En el último minuto y a una altura de un kilómetro de la superficie, se encenderán los retrocohetes que ayudaran a que InSight se pose en Elysium Planitia. «Si cualquiera de estos eventos no se completa podría suponer el final de la misión», advierte. Instantes después de tocar tierra, se espera que InSight mande un pitido y lo repita siete minutos después a través de su antena de banda X. Si esta señal es recogida por las antenas de la Red del Espacio Profundo, que monitorizarán la nave casi en tiempo real (con un desfase de unos 8 minutos debido a la distancia entre Marte y la Tierra), será una buena indicación de que la nave ha sobrevivido el descenso y aterrizaje.Pero para confirmar que las cosas han ido bien, los científicos de la NASA cuentan con otras fuentes que les irán ofreciendo pistas para saber qué está pasando a 146 millones de kilómetros de distancia. Así, los radiotelescopios terrestres de Green Bank (EEUU) y Effelsberg (Alemania) van a intentar capturar su señal aunque ésta sólo revelará si ha sobrevivido a las fases críticas del descenso.
El paracaídas le ayudará a reducir su velocidad
Por otro lado, junto a InSight vuelan dos pequeñas naves del tamaño de un microondas llamadas MarCO que están siendo probadas y de las que se espera que manden datos sobre el estado del robot e incluso alguna fotografía. Asimismo, los orbitadores marcianos MRO y Mars Odyssey también estarán muy pendientes hoy de Insight y seguirán su periplo para intentar ofrecer información sobre su estado.
Los experimentos
Una vez que el robot llegue a la superficie marciana, llegará el momento de desplegar los paneles solares que le suministrarán la energía necesaria para trabajar en Marte. Lo primero, dice Abilleira, será tomar imágenes de la superficie para seleccionar el lugar idóneo donde colocará los dos instrumentos principales que lleva esta misión. Uno de ellos se llama SEIS y es un sismómetro desarrollado por institutos franceses y alemanes. El otro instrumento principal ha sido fabricado en Alemania y bautizado como HP3. Está formado por un conjunto de sensores que estudiarán el flujo de calor y las propiedades físicas. También lleva una estación meteorológica española (ver información un poco más abajo) y un instrumento desarrollado por el JPL para estudiar su rotación y estructura interna.