El duro entrenamiento sin gimnasio de Jason Momoa para mantenerse en forma
El actor que encarnó a Conan el Bárbaro y a Khal Drogo levanta todos los días a las 05 de la mañana para «entrenar duro».
Jason Momoa (35 años) interpretó en 2011 a Conan el Bárbaro, pero el papel que le dio fama internacional fue el de Khal Drogo en la primera temporada de Juego de Tronos, que se estenó el mismo año.
El la serie de HBO encarnaba al jefe de una sociedad tribal con lengua propia el «dothraki», y se expresó en el inteligible idioma durante toda la temporada. Su potencial interpretativo, sin embargo, hizo llegar al gran público el viraje de un brutal guerrero que segaba el cuerpo de sus enemigos sobre un caballo, a pecho descubierto y armado solo con una hoz al entrañable esposo de su Khaleessi, Daenerys Targarien, interpretada por Emilia Clarke, una de las protagonistas de la trama.
La rudeza de su personaje se traslada a la persona a juzgar por su mosaico de Instagram, @prideofgypsies, en el que ve al actor en paisajes helados enfundado en pieles, haciendo deporte de montaña, en combates de boxeo y rodeado siempre de sus seres queridos: su familia y sus dos hijas, en cuyas imágenes comparte una ternura infinita.
La rutina de entrenamiento de Jason Momoa es férrea, todas las mañanas se despierta a las 05:00 para «entrenar duro». En una entrevista a «Men’s Health confesó que las mañanas eran el mejor momento de su día porque es el que dedica a hacer deporte, cuidarse y ordenar sus pensamientos.
Las medidas del actor son contundentes: 1,93, pesa 108 kg y tiene un bíceps de 48,26 centímetros de diámetro. Hasta 2010 nunca hizo pesas porque los gimnasios lo aburren. Nadar tampoco le gusta, «lo aburre tanto como la cinta de correr. Prefiere los desafíos naturales, el deporte al aire libre y entrenar en equipo.
«A veces es muy difícil hacer ejercicio», confiesa el actor, que necesita un estímulo constante que lo enganche. Entrenar en un centro deportivo al uso y en solitario le resulta un sacrificio: «Es monótono y puedes quedarte atrapado en una rutina. Me aburro».
El frío, su aliado en la naturaleza
Suele practicar esquí, snowboard y todo tipo de deportes de nieve. Tiene una casa en la montaña en la que hace vida familiar y comparte sus aficiones con sus seres queridos y sus amigos.
Saca el máximo rendimiento a los meses de frío en los que sale a hacer deporte con varias capas de ropa térmica y los útiles necesarios para hacer frente a las inclemencias meteorológicas.
Se apoya en un grupo de compañeros con los que comparte aficiones. Salen a diario a la misma hora, se apoyan unos a otros y comparten sus habilidades con el grupo para poder mejorar individualmente. Su máxima es la supervivencia. Después de varias horas poniéndose a prueba contra los elementos llega a casa y se reúne con los suyos.
Boxeo para desbloquear la mente
Momoa es un gran aficionado al boxeo, se encuentra con sus adversarios en gimnasios en los que amedranta a sus oponentes con sus músculos de acero. Pero el físico no lo es todo en un deporte de contacto ágil, duro y dinámico. Un arte que obliga a los púgiles a mantenerse en alerta, mejorar la coordinación y perfeccionar la técnica cada vez que se suban al ring.
Momoa alterna el boxeo con otras disciplinas como el crossfit, el entrenamiento militar más complejo. Entrena -eso sí- siempre que tiene oportunidad, de otra manera no conseguiría ser un rival digno en una disciplina tan exigente. Cuando la practica realiza varios minutos de comba para calentar, sombras para conocerse a sí mismo seguido de una rutina de ejercicios de fuerza para no perder la forma antes de un combate que lo desgasta a la extenuación.
A continuación el actor y sus compañeros terminan la rutina haciendo abdominales, flexiones y estiramientos para fortalecer el torso y evitar lesiones.
El surf, el deporte de Momoa contra el calor
El océano es una de las pasiones de Jason Momoa, que se resiste al Surfset, la disciplina que une a los famosos afincados en la costa californiana. El ator que dio vida a Khal Drogo se decanta por la vertiente salvaje del deporte, para el que necesita poner en jaque su equilibrio, concentración y fuerza para desafiar a las olas.
Este deporte lo pone a prueba cada vez que se enfrenta a las olas, a las que persigue en su ciudad natal, la localidad costera Hawaiana de Nanakuli, ubicada en Honolulú.
Escalada, una disciplina y una pasión
Viaje a donde viaje, por trabajo o por placer, solo o acompañado, el actor practica la escalada. Si la naturaleza de sus destinos es apropiada no duda en aferrarse a las rocas enfundado en un arnés. Pero si el entorno no acompaña acude a rocódromos, es uno de sus deportes favoritos. La clave para esculpir su musculatura.
La escalada es el deporte que más lo enorgullece en su cuenta de Instagram y el que, a juzgar por sus comentarios, más lo colma de satisfacción y ansias de superación.
El secreto de su bienestar, sin embargo, son su mujer Lisa Bonet, casi 12 años mayor que él y los hijos de ambos, de 5 y 7 años de edad. «Ellos le dan sentido a mi vida y no quiero pensar qué habría sido de mí sin ellos», confiesa el actor.