Deshervir un huevo, la ley de orinar o la palabra ¿eh?: Los insólitos Ig Nobel 2015
¿Por qué casi todos los mamíferos tardan 21 segundos en hacer pis? ¿En qué parte del cuerpo duele más una picadura de insecto? ¿Se puede «deshervir» un huevo? A primera vista parecen preguntas inútiles, pero científicos de renombre trabajaron en buscar respuestas y por ello se hicieron en la noche del jueves con uno de los Ig Nobel, con los que la prestigiosa Universidad de Harvard premia las investigaciones curiosas.
Estos premios -bautizados Ig por el término inglés «ignoble» (indigno)- son una especie de parodia de los Nobel suecos que pretenden «celebrar lo poco habitual y rendir honor a la fantasía», premiando investigaciones que «primero provocan la risa y después la reflexión».
La extravagante gala de entrega de la 25 edición de los premios, a la que acudieron más de 1.000 espectadores, hace tiempo que se ha ganado el estatus de culto y las entradas se agotan mucho antes de su celebración. El trofeo de este año consistía en una maceta, pero sin planta.
Una extraña ceremonia para premiar investigaciones no menos extravagantes: el equipo dirigido por Patricia Yang, de Estados Unidos, recibió el Ig Nobel de Física por descubrir que casi todos los mamíferos tardan 21 segundos en vaciar sus vejigas, pudiendo tardar 13 segundos más o menos. «Lo llamamos la ‘ley de orinar'», explicaron los científicos en el escenario, al tiempo que «sobornaron» a la gruñona Miss Sweetie Poo con un peluche cuando estaba a punto de quejarse por el largo discurso de agradecimiento.
El científico australiano Colin Raston, de la Universidad Flinders en Adelaida, fue reconocido por un invento capaz de «deshervir» un huevo, con un artefacto que deshace proteínas.
Otro Ig Nobel fue para varios investigadores de países como Japón o Eslovaquia por investigar las repercusiones y la utilidad de los besos intensos. «Como seguro ya se imaginan, fue un trabajo bastante duro», dijo la científica Jaroslava Durdiaková en su discurso de agradecimiento.
Mark Dingemanse, de Holanda, y sus compañeros, fueron premiados por descubrir que la palabra «huh» («¿eh?») aparece en todos los idiomas del mundo y también por no saber el motivo de ello.
Los científicos Elisabeth Oberzaucher y Karl Grammer, de la Universidad de Viena, recibieron otro Ig por el intento de calcular si el sultán marroquí Mulai Ismail realmente pudo engendrar 888 hijos entre 1697 y 1727, como dice la tradición. «Es realmente mucho trabajo», dijo Oberzaucher. «Para ello tuvo que tener relaciones sexuales todos los días de su vida entre una y dos veces».
Los investigadores liderados por Diallah Karim, de Reino Unido, fueron premiados por descubrir que se puede diagnosticar correctamente una apendicitis mediante la intensidad del dolor que siente un paciente cuando conduce a través de un badén para frenar la velocidad.
Michael L. Smith, de la universidad Cornell de Estados Unidos, fue premiado por descubrir en qué partes del cuerpo duele menos una picadura de abeja – en la cabeza, en la punta del dedo medio del pie, y en la parte superior del brazo- y dónde duele más -en la aleta nasal, en el labio superior y en el pene-.
Marc Abrahams, editor de una revista científica sobre investigaciones curiosas, moderó el acto, que cerró con sus ya tradicionales palabras de despedida: «Si este año no han ganado un Ig Nobel, y especialmente si lo han ganado: ¡más suerte para el próximo!.