Cuál es el significado de bostezar mientras hablamos con otra persona, según la ciencia

Si bien bostezar es un acto reflejo aparentemente común y corriente, fue objeto de numerosas investigaciones en las últimas décadas. A los científicos les intriga particularmente el fenómeno del bostezo contagioso. No paraba de bostezar, fue a consultar con un médico y se enteró que tenía una enfermedad: “Empecé a llorar inmediatamente”

Este se produce cuando un individuo bosteza y le contagia el gesto a su interlocutor u observador. Lo cierto es que la ciencia explora las bases neurobiológicas detrás este comportamiento y su posible conexión social.

Si bien está asociado al aburrimiento o al cansancio, investigaciones recientes sugieren que este acto involucra una compleja red neuronal y puede cumplir diversas funciones físicas y psicológicas.

Entre las hipótesis propuestas se encuentran la regulación de la temperatura cerebral, el aumento del estado de alerta y la promoción de la cohesión social. Este último ganó terreno en los últimos años y se vincula con la empatía.

Diferentes estudios demostraron que la observación de un bostezo activa en el cerebro humano regiones asociadas con la comprensión de las emociones ajenas y la simulación mental. Esa activación podría desencadenar una respuesta de imitación. En este caso, un bostezo.

Diversos factores pueden influir en la probabilidad de contagiarse de un bostezo. La relación social con la persona que bosteza es un factor clave. El contagio es más común entre personas con lazos afectivos estrechos.

Además, la edad, el género y el estado emocional también inciden en la mímica del contagio. De esta manera, bostezar mucho frente a una persona que está hablando por lo general ocurre cuando existe un lazo de cercanía.

Qué se sabe del bostezo

La comprensión del bostezo contagioso tiene importantes implicaciones tanto a nivel teórico como clínico. A nivel teórico, este fenómeno ofrece una ventana única para estudiar los mecanismos neuronales conectados a la empatía y la cognición social.

A nivel clínico, el estudio del bostezo contagioso podría aportar nuevas perspectivas para el diagnóstico y tratamiento de trastornos del neurodesarrollo caracterizados por déficits en la empatía y la comunicación social.

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