Cuál es el origen de la tradición de pedir dulces en Halloween
Todos los 31 de octubre estamos preparados para ver muchos niños disfrazados en las calles saliendo a pedir dulces. Sin embargo, es difícil contestar a la pregunta de por qué. Halloween es una celebración con un origen antiguo y por eso no nos extraña que esta tradición también lo sea. Se remonta a la época de los celtas cuando se celebraba Samhain a finales de octubre.
La celebración celta de los muertos tenía muchas costumbres y una de ellas era dejar comida para los espíritus que visitaban el lugar en esa fecha. Con el tiempo se agregaron disfraces y las personas se vestían como los fantasmas y demonios ellos mismos, haciendo trucos a cambio de comida. La práctica de disfrazarse tiene que ver con no ser atrapados por ellos: los demonios pueden confundirte con un igual y dejarte ir. Está relacionado con lo que se llamó «mumming», un tipo de actuación por comida, posiblemente el pasado más lejano del actual «dulce o travesura».
Algún tiempo después, los cristianos comenzaron a tomar algunas de las tradiciones de Samhain. Una de las más comunes del cristianismo fue el «souling», donde personas pobres iban a la casa de los ricos a rezar por los muertos a cambio de comida, recibiendo a cambio los llamados «soul cakes». De a poco la costumbre recayó sobre todo en los niños.
Cómo llegaron los dulces a América del Norte
Sin embargo, aunque el souling llegó a América con los inmigrantes del siglo XIX, pedir dulces casa por casa recién se adoptó años más tarde. Antes de eso, en los años 20, se hacían bromas durante Halloween, pero el revuelo y destrozos eran tan grandes que se acordó la implementación de una celebración más tranquila y familiar para la comunidad.
En los años 30 comenzaron a verse las primeras personas disfrazadas, pero no se recibían caramelos sino otros alimentos. Incluso en los años 50 podía verse a personas repartiendo nueces, comida horneada y monedas entre los visitantes disfrazados.
En los años 60 se adoptó la costumbre de los caramelos por practicidad y costos, pero también por seguridad. Según Bustle, los padres no estaban contentos con sus hijos recibiendo comidas extrañas por parte de desconocidos. Los caramelos llegan cerrados y es poco posible que alguien los altere. Hoy en día pedir dulces es una de las tradiciones más populares de Halloween en todo el mundo.