Cómo evitar reírse en momentos incómodos
La risa nerviosa es una respuesta que tiene el cuerpo ante varios tipos de estímulos como vergüenza, alerta o incomodidad ante alguna situación que estemos atravesando en un momento determinado. Aunque algo no nos parezca divertido, podemos experimentar esta reacción cuando el cerebro tiene que regular las emociones que estamos viviendo, como sentirnos vulnerables, débiles o desprotegidos.
Podemos pensarla como un mecanismo de defensa del inconsciente ante cierto peligro y queremos hacernos pensar que esa cosa que encontramos no es tan horrible como parece. Es como si el cuerpo quisiera hacernos creer que lo que nos incomoda no es un gran problema.
Para evitar y controlar tal reacción, hay algunos trucos que pueden ayudar.
1. Buscar apoyo en un amigo
De vez en cuando puede que nos fallen los trucos para controlarnos. Si nos damos cuenta de que hemos reído en una situación incómoda y tenemos un amigo cerca, nos sentiremos menos presionados cuando esto suceda. Podemos pedirle que nos toque el hombro o que nos dé una palmada para calmarnos.
2. Pensar en algo aburrido
Si no logramos enfocarnos en la conversación, podemos intentar pensar en algo que nos parezca muy aburrido. De esta forma vamos a distraernos. Algunos recomiendan pensar específicamente en cosas difíciles, como las matemáticas.
3. Mordernos un poco la lengua
Para evitar que el cuerpo siga riendo sin parar, intentar morder levemente la lengua, la punta del labio o el interior de la mejilla. Solo tenemos que poner atención en no lastimarnos. Puede que esta sea la reacción más rápida cuando nos encontremos en apuros.
4. Pellizcarnos un poco
Si tenemos que reaccionar y dejar de reír rápidamente, a algunos les funciona pellizcarse un poco la pierna o la palma de la mano. De esta forma seremos consientes de la situación y evitaremos carcajadas incomodas.
5. Practicar un movimiento relajante
Podemos hacer algunos ejercicios de respiración para calmar el cuerpo. Pueden hacerse en cualquier momento en que necesitemos relajarnos.
– Relajá los hombros y el cuello.
– Mantené la boca cerrada e inhalemos lentamente por la nariz. Contar dos segundos.
– Colocar los labios como si fuéramos a silbar. Después exhalar lentamente durante cuatro segundos.