Cómo comer rico en invierno y no engordar en el intento
Transitamos días fríos, y de pronto el cuerpo nos pide reemplazar las ensaladas, frutas, yogures y el agua muchas con chocolates, pastas, guisos, carnes estofadas, sopas, y otras preparaciones que nos hacen subir la temperatura corporal pero también, en algunas ocasiones, aportan más calorías.
Lo cierto es que la energía que el organismo necesita para realizar sus funciones vitales, es la misma sin importar la estación del año, con lo cual si nos descuidamos y quedamos en casa, sumado a que la alimentación tiende a variar, puede que subamos de peso.
Los alimentos que solemos incorporar durante los meses más cálidos son más frescos o livianos, de baja densidad energética y que aportan pocas calorías.
Pero no te preocupes, existen formas de comer rico y saludable en invierno sin agregarle calorías y grasas extras a tu organismo. A continuación, te damos algunos tips para combatir el frío, pero sin dejar de comer saludable, variado y nutritivo.
La actividad física es clave para mantenerte saludable. En invierno cuesta más salir a realizar ejercicio, pero la recomendación es hacer al menos 30 minutos de caminata por día con lo cual, si sos friolento, podés buscar un gimnasio cerca de tu casa o directamente abrigarte, tomar coraje y aprovechar los días más soleados para salir a caminar. Cuando se entra en ritmo, el calor llega al cuerpo y el frío ni se siente.
En cuanto a los alimentos, el consumo de frutas y vegetales aporta fibra, agua, e infinidad de vitaminas y minerales. Aprovecha aquellos que son de estación para obtener los beneficios de un alimento mucho más sabroso, nutritivo y económico.
A no ser que tu médico lo prescriba, no es necesario ningún suplemento vitamínico, ya que se pueden cubrir los requerimientos de vitaminas y minerales consumiendo variedad de frutas y verduras. Lo ideal es tener en el plato entre dos y tres colores de vegetales, para complementar vitaminas y minerales.
Podés optar por vegetales grillados, sopas de verdura, soufflés, budines, vegetales al horno, puré, tortillas, ensaladas tibias, guisos de legumbres y carnes desgrasadas, etc. El plato, sea invierno o verano, debe contener un 50% de vegetales, con lo cual si hacés un guiso, procurá tener en la heladera muchos vegetales como zapallitos, cebolla, calabaza, zanahoria, apio, puerro, espinaca, acelga y demás, para hacerlo rico y saludable.
En cuanto a las frutas, una buena opción para seguir incorporándolas en invierno es preparar compotas o fruta asada al horno. Se pueden comer solas como colación o postre, o agregarla en preparaciones como algún budín casero o panqueques.
En cuanto a la hidratación, si te cuesta tomar agua, una opción es aumentar el consumo de infusiones como mate o té, aunque no te olvides que el consumo de agua sigue siendo fundamental para tu organismo.
También se puede optar por opciones como sopas o caldos, aunque la recomendación es que se evite aquellos que son comerciales ya que al ser un producto ultraprocesado suele tener mucho sodio y otros aditivos innecesarios. Podés hacer las sopas y caldos caseros, preparando grandes cantidades y teniéndolo guardado en la heladera o en el freezer en contenedores o bolsas aptas.
Para hacerlos necesitás agua, muchos vegetales y hierbas para aromatizar. Combinalos como más te guste y cocinalos hasta que los vegetales estén tiernos. Al finalizar, podés colar la preparación para separar el caldo de los vegetales y usar estos para hacer alguna sopa de verdura, procesándolas y mezclándolas con más agua o leche descremada. Y con lo que colás te queda un caldo saludable, bajo en sodio que te sirve para consumir entre las comidas.