Cómo aprender nuevos idiomas aprovechando los que ya sabemos
En el mundo existen alrededor de 7000 idiomas, muchas más variedades lingüísticas y muchos menos estados. En cada territorio es habitual conocer por lo menos dos lenguas.
Sin embargo, la enseñanza de lenguas extranjeras, inglés en particular, ha seguido las metodologías marcadas por entornos en los que se ha promovido el monolingüismo oficial (como el Reino Unido, Estados Unidos, o Francia).
Se han adoptado pedagogías que parten del hecho de que el estudiantado posee una única lengua materna y se afronta desde ésta el aprendizaje de una segunda lengua se diseña un proceso lineal que va de menos a más.
Desde principios de este siglo, ha surgido un nuevo ámbito de investigación en adquisición de lenguas que difiere del tradicional campo de adquisición de segundas lenguas (SLA: Second Language Acquisition). Se trata de la adquisición de terceras lenguas (TLA) o plurilingüismo.
Para impulsar esta investigación, en 2001 se creó la Asociación Internacional de Multilingüismo (IAM), donde se presentan y discuten los últimos avances en este ámbito de la lingüística aplicada.
Diferencias cualitativas, no cuantitativas
Aprender una segunda o una tercera lengua no implica únicamente una diferencia cuantitativa al incluir una segunda, tercera o cuarta lengua (L1, L2, L3 o L4) sino, y sobre todo, más bien cualitativa.
La complejidad es inherente al plurilingüismo. La interacción constante entre todas las lenguas conocidas es un hecho que favorece la adquisición de nuevas, pero que presenta patrones de aprendizaje muy distintos.
Diversos estudios llevados a cabo en Europa muestran las peculiaridades de los aprendices que ya son bilingües y apuntan, entre otras, a ventajas concretas como:
- Una mayor conciencia gramatical.
- Mayor habilidad para reflexionar sobre las lenguas, y por tanto, mayor conciencia metalingüística .
- Mayor capacidad para identificar el uso apropiado de las lenguas.
- Mayor diversidad en el uso de marcadores discursivos.
Translingüismo en el aula
Sin embargo, es necesario que el alumnado sepa cómo utilizar dichas ventajas, ya que no parece que tales descubrimientos en investigación se hayan trasladado al aula.
Todavía se enseñan las lenguas por separado, a pesar de que existen normativas que reconocen el plurilingüismo y abogan por el trilingüismo del alumnado, así como estudios sobre los beneficios de nuevos enfoques pedagógicos que incluyen prácticas translinguales.
¿Qué son estas prácticas translinguales?
En realidad es lo que hacemos todas las personas que utilizamos más de una lengua. Es algo natural: de forma casi simultánea, podemos estar escuchando música en inglés, hablando con una amiga en castellano mientras leemos un libro en catalán.
Es frecuente que, en entornos como en la Comunidad Valenciana, Cataluña o el País Vasco, en España, entablemos conversaciones en las que utilizamos más de una lengua sin problema ni dificultad alguna.
Esto mismo, trasladado al aula de una forma planificada y con el objetivo de activar el repertorio plurilingüe del alumnado, es lo que denominamos translingüismo pedagógico. Entre sus características se encuentran las siguientes:
- Está enmarcado en un programa educativo plurilingüe que adopta este enfoque en la enseñanza.
- Todo el alumnado ya conoce dos o más lenguas.
- El objetivo es el desarrollo lingüístico y académico en todas las lenguas del programa.
Reflexionar sobre las lenguas y compararlas
Podemos aumentar la conciencia metalingüística. Es decir: hacer que el alumnado reflexione sobre sus lenguas, las compare, las analice, y utilice estrategias con este fin.
Se han llevado a cabo estudios en este sentido sobre vocabulario, gramática y comprensión lectora, y los resultados han sido muy positivos.
También se pueden preparar actividades en las que el alumnado utilice varias lenguas: elaboración de cómics o cuentos que reflejen con naturalidad la realidad multilingüe y el entorno sociolingüístico del centro educativo.
Se pueden trabajar la tipología textual o aspectos discursivos en general, como la cohesión o la coherencia, y detallarlos utilizando las diversas lenguas de trabajo.
Espacios de respiro para lenguas en minoría
Si el entorno educativo incluye lenguas minorizadas (como catalán, vasco, o gallego), es importante cuidarlas y protegerlas. Se puede dotar al alumno de lo que se denomina “espacios de respiro” a lo largo del día, en los que únicamente se utilice la lengua minoritaria.
Como señalan voces expertas en el tema, el tiempo dedicado a estos espacios de respiro dependerá de la situación y estatus sociolingüístico de la lengua minorizada. Esto último es algo que debería tratarse también en el aula de forma que los aprendices fueran conscientes de la situación de cada una de sus lenguas.
Cambiar la visión monolingüe
Cuando hemos analizado las creencias del profesorado de lenguas sobre el plurilingüismo y la enseñanza de lenguas, sobre todo en lo referente al aprendizaje del inglés o del catalán, observamos bastante escepticismo y desconcierto.
Es difícil cambiar la visión monolingüe que ha imperado en la educación durante muchas décadas. Sin embargo, cabe mencionar que, al trabajar sobre las ventajas de estos nuevos enfoques, el profesorado muestra actitudes muy positivas.
Por este motivo, es fundamental que la formación del profesorado se haga desde un enfoque plurilingüe y que se promueva la investigación sobre este tema y se desbanquen mitos como el bilingüismo equilibrado. Es decir, la falsa idea de que sólo son bilingües aquellos que conocen a la perfección dos lenguas. O el mito de que existen interferencias negativas entre las lenguas que hacen que la clase de inglés deba ser exclusivamente en inglés, y que se ignoren otras lenguas conocidas en el aula.
Ninguna de estas creencias coincide con la realidad del plurilingüismo, su desarrollo y cómo se adquiere una tercera lengua.