Cómo aliviar el dolor del nervio ciático
Este dolor se produce por una serie de afecciones que comprimen las raíces nerviosas del nervio ciático, el cual comienza en la columna vertebral y se extiende hacia las piernas y los pies.
Su largo es lo que lo hace vulnerable a sufrir compresión en algún punto de su trayectoria, lo cual desencadena el ataque de ciática. El hecho de pasar muchas horas sentados y la falta de ejercicio va debilitando la musculatura lumbar y abdominal, con lo que aumenta el riesgo de sufrirla con los años.
Consejos básicos:
1. Evitar mucho reposo: tras sufrir un ataque, conviene reducir la actividad durante los dos primeros días. Pero luego se la debe reiniciar lentamente, sin hacer grandes esfuerzos. Los movimientos suaves, lejos de agravar la situación, ayudará a la recuperación.
2. Realizar actividad física: caminar un mínimo de tres horas semanales y desarrollar una buena musculatura lumbar mediante abdominales es una de las mejores maneras de prevenir la ciática.
Disciplinas como el taichi, Pilates, yoga o cualquier ejercicio que trabaje el equilibrio son muy adecuados, ya que parten de la base de que la zona baja de la espalda y el abdomen son el centro de gravedad del cuerpo. En estas actividades, los movimientos se realizan contrayendo estos puntos, de forma que se refuerza mucho el área lumbar, a la vez que se trabaja la respiración abdominal.
3. Descansar lo suficiente: tratar de dormir entre 7-8 horas cada día y mejor si el colchón es flexible pero un poco rígido. La postura recomendada para que la espalda no sufra en la cama es la posición fetal: de costado, sobre un lado de tu cuerpo y con las rodillas y los brazos flexionados. Si te es más cómodo podés colocar un almohadón entre tus rodillas.
4. Tener una buena higiene postural: evitar agacharse doblando la espalda, es preferible flexionar las rodillas manteniendo la espalda recta.
5. Frío y calor para aliviar el dolor: en un primer momento, cuando aparece el ataque de ciática, aplicar hielo para reducir la inflamación. Luego, aplicar calor seco sobre la parte afectada, por ejemplo con una almohadilla eléctrica. Existe una amplia gama de opciones de tratamientos no quirúrgicos de la ciática, entre ellos, los relajantes musculares, antiinflamatorios y corticoides intramusculares.