Comer poco adelgaza, alarga la vida y hace crecer el pelo
La restricción de calorías puede ayudar a los ratones a mantenerse delgados, vivir más tiempo, lo que redunda en menos grasa para mantener sus cuerpos calientes. Ante este cambio, un equipo de investigadores del Instituto de Química de la Universidad de Sao Paulo (Brasil) ha descubierto que la piel del ratón responde a la restricción calórica estimulando el crecimiento de la piel, aumentando el flujo sanguíneo y alterando el metabolismo celular para aumentar la eficiencia energética. Así, los animales pueden usar este método como una adaptación evolutiva para mantenerse calientes y vivos en condiciones de alimentación limitadas.
«Los cambios en la piel fueron bastante evidentes, y son interesantes porque eran visibles después de unos pocos meses, cuando los animales aún no eran viejos. Los cambios pueden estar relacionados con un aumento en las células madre de la piel, que ayudan a preservar la piel de los efectos del envejecimiento, que también pudimos detectar», afirma Alicia Kowaltowski, líder del estudio.
Una dieta restringida en calorías ha sido relacionada con una larga lista de beneficios para la salud, desde el aumento de la esperanza de vida a la reducción de la resistencia a la insulina para ayudar a combatir el cáncer. Sin embargo, sus efectos sobre la piel han sido poco estudiados. Para aprender más, su grupo, incluida la investigadora Maria Fernanda Forni, que estudia células madre de la piel, se unió con Jorge Shinohara en el Departamento de Química Fundamental de Sao Paulo, quien construyó un sensor de temperatura a medida para la piel de de los ratones.
Los investigadores realizaron un experimento con roedores: el primer grupo se alimentó sin medida y el segundo, fue objeto de una restricción calórica considerable. El experimento duró 6 meses.
Los ratones que comieron absolutamente todo lo que querían y en cualquier momento, se convirtieron en ratones obesos. Los ratones a los que restringieron el 60% de las calorías de una dieta de control, perdieron alrededor de la mitad de su masa corporal y presentaban una capa de pelo más uniforme, más gruesa, y más larga que sus congéneres con sobrepeso.
El grupo observó que, a nivel celular, uno de los efectos secundarios de la dieta fue una expansión de las células madre del folículo piloso, lo que condujo a un aumento del crecimiento del pelo y de las tasas de retención. En comparación con los ratones que habían podido comer sin medida, los ratones con restricción calórica también tenían tres veces más vasos sanguíneos en su piel, para llevar más sangre caliente a la superficie, y sus células de la piel mostraron diferencias en el metabolismo de modo que perdieron menos energía con el paso del tiempo.
«Estos hallazgos son especialmente significativos ya que desvelan no sólo un efecto notable de la restricción calórica en la piel, sino también un mecanismo adaptativo para hacer frente a un aislamiento reducido derivado de cambios en la piel bajo condiciones de consumo calórico reducido», dice Kowaltowski.
Los científicos quieren centrarse ahora en la comprensión de las señales involucradas en la promoción de los cambios en la piel observados con la restricción de calorías. Si entendemos este mecanismo, podríamos descubrir formas para mantener la piel sana durante el proceso de envejecimiento. ¿Será igual para los seres humanos?