A 17 años del final de “Friends”, los secretos de un desenlace lleno de emociones
La última temporada marcó un hito cuando los protagonistas se unieron para negociar su salario. A pesar de conseguir un acuerdo sin precedentes, ellos decidieron que el ciclo estaba cumplido.
Después de diez temporadas al aire, el 6 de mayo del 2004 los treintañeros neoyorquinos más carismáticos de la televisión fueron por una última taza de café. Rachel y Ross se animaron a apostar por su relación, mientras que Mónica y Chandler abandonaron su icónico departamento para afrontar la paternidad en una casa de los suburbios. Así, Friends llegaba su final y se grababa a fuego en la cultura pop.
La autora Marta Kauffman describió este desenlace con las palabras justas: “Ya no era el momento de la vida en el que tus amigos son tu familia, debían comenzar sus propias familias”.
Este paso hacia la madurez no solo fue difícil para los personajes, también lo fue para los actores que le dieron vida. El rodaje no fue sencillo para Jennifer Aniston, Courteney Cox, Lisa Kudrow, David Schwimmer, Matthew Perry y Matt LeBlanc. Todos se la pasaban llorando.
“Creo que nunca nos había tomado tanto tiempo el peinado y el maquillaje entre las escenas”, reconoció Aniston en una entrevista concedida a Oprah Winfrey. Una tristeza que se repetía en cada miembro del equipo. “No lloré, pero sentí que estaba a punto de hacerlo durante unas siete horas”, reconoció Perry al New York Daily News.
Ese apego a los personajes también se evidenció en la audiencia. The last one fue visto en vivo por 52,5 millones de televidentes y se convirtió en uno de los cuatro finales más visto en los Estados Unidos. 17 años después, sus fanáticos lo recuerdan a la perfección.
Una negociación que marcó un hito
El programa era tan rentable que los protagonistas se unieron para negociar sus contratos para la última temporada -una práctica que se normalizó entre los elencos exitosos-. Y la unión hizo la fuerza: cada uno percibió un millón de dólares por cada episodio. Esto no es un dato menor, ya que en la primera temporada recibían 20 mil dólares por capítulo.
Si bien era un acuerdo extraordinario tenía de dónde sustentarse: los anuncios de 30 segundos durante la última temporada se vendieron por 1 millón de dólares, mientras que las publicidades del episodio final generaron 2 millones. Se trató de la tarifa más alta que haya conseguido una sitcom. “¿Valíamos eso? Para mí, esa es una pregunta muy extraña. ¿Cómo se puede ponerle precio a algo por cuán gracioso es?”, le dijo LeBlanc al Huffington Post .
A pesar de percibir un salario sin precedentes, las estrellas coincidieron en que el ciclo estaba cumplido. La primera en sentirse de esa manera fue Aniston, que estaba empezando a ser llamada para grandes producciones cinematográficas. Incluso, según algunas versiones, ella estuvo a punto de abandonar la serie para priorizar su vida familiar junto a Brad Pitt.
Finalmente, la décima temporada salió adelante con un acuerdo conveniente para todas las partes: no serían 24 episodios, sino 18. De esta manera, estaría libre para la época fuerte de los rodajes en Hollywood. “Quería que terminara cuando la gente todavía nos amaba y estábamos en lo más alto. Y también me sentía como, ‘¿cuánto más de Rachel tengo en mí?’”, se preguntaba la actriz.
Data para fanáticos
Para los fans de la serie hay varios guiños muy fáciles de identificar en los últimos dos episodios. La mayoría está vinculado a la relación entre Rachel y Ross. “Habíamos molestado a la audiencia durante 10 años con ‘lo harán o no lo harán’, y no vimos ninguna ventaja en frustrarlos”, reconocieron los autores al respecto.
En ese sentido, los escritores se encargaron de que su romance cerrara por todos lados. Cuando la pareja se besa, la canción es la misma que sonó en su primer beso: “With Or Without You”, de U2.
Otro detalle es que Mónica siempre aparece con ropa holgada es por una razón muy especial. Al igual que su personaje, ella tenía problemas para quedar embarazada y finalmente lo consiguió hacia el ocaso de las grabaciones. En el último episodio, la panza ya era muy visible así que los vestuaristas se las ingeniaron para disimularla.
Un dato que puede generar melancolía es que el set de la cafetería Central Perk fue demolido para montar los decorados del aeropuerto en el que se encuentra Rachel con Ross. Por ese motivo, en el último instante, cuando Chandler pregunta a dónde irán a tomar un café en realidad estaba haciendo un chiste interno. A donde se marchaban esos seis amigos no era a la cafetería. Iban rumbo a la posteridad. Muchos le deben su sentido del humor a Friends.