El triste final de quienes tuvieron la «desgracia» de ganar la lotería

Se supone que ganar el premio gordo de la lotería te ofrece tranquilidad financiera y una mejor vida. Pero para muchos a los que les ha tocado, todo derivó en desgracia.

Todos sabemos que ganar la lotería te abre las puertas a un futuro deslumbrante en el que muchos «taparán agujeros», harán frente a incómodas deudas o, directamente y en el mejor de los casos, podrán vivir el resto de su vida sin trabajar. Pero no todas las historias tienen final feliz o acaban igual de bien. Hay una serie de casos más que desafortunados en los que los premios de lotería se convierten en una maldición. No pocos se han llevado un disgusto tras haber acuñado la mayor alegría económica de sus vidas.

El diario de economía británico ‘Bankrate’ ha recopilado algunos casos de gente que por circunstancias del destino pasaron de tener una fortuna inmensa a una gran mala suerte. ¿A qué se debe esto? «Recibieron el dinero sin tener un plan definido o lo asumieron con demasiada emoción», comenta Joe Correnti, vicepresidente de la firma de inversiones Scottrade. «El ganador necesita conocer sus necesidades diarias de dinero en efectivo, asegurar el capital y tener un plan B en caso de emergencia». A continuación veremos los casos de ocho personas que terminaron arruinadas después de ganar la lotería.

De modo que si seguís insistiendo en jugar a la Lotería, nuestro consejo para toda persona que gane un premio es que primero contacten con su abogado y su contable

1. Cuidado con el juego…

Evelyn Marie Adams desafió todas las probabilidades: la empleada de la tienda 24 horas de Nueva Jersey ganó un premio de siete ceros no una, sino dos veces. Obtuvo tanto dinero que tuvo que escapar de su ciudad porque las solicitudes de ayuda entre sus familiares y amigos se multiplicaron y crecieron como la espuma. Luego, se hizo famosa. «No podía ir a ninguna parte sin ser reconocida», le confesó a ‘The New York Times’ en 1993. «Algunos de mis familiares estaban muy enojados porque tenía mucho dinero».

Al final, despertó en ella la peor adicción que le puede sobrevenir a una persona con una gran fortuna: la ludopatía. Despilfarró una gran parte del montante total en los casinos de Atlantic City. Años más tarde, el diario ‘The New York Post’ dio con ella y le preguntó cómo era su vida tanto tiempo después. «Estoy en la ruina y tengo dos trabajos», admitió. «Mi consejo para cualquier persona que gane un gran premio es que lo primero contacten con su abogado y contable».

 

2. Mucha suerte y a la vez… muy poca

Andrew Whittaker era un millonario que ya lo tenía todo y siguió sumando. Es difícil de creer que una persona ya de por sí rica gane un premio de nada más y nada menos que 315 millones de dólares y luego todo se vaya al carajo. Después de cobrar un premio sin precedentes en el día de Navidad de 2002, planeó donar una gran parte de su fortuna: «Estoy realmente emocionado con la cantidad de buenas obras que puedo hacer con este dinero», le dijo a ‘The New York Times’.

Los problemas comenzaron. Él y su esposa se divorciaron. Su nieta, que había aparecido con él en programas de televisión nacionales después de ganar el premio, murió en extrañas circunstancias. Whittaker comenzó a beber muchísimo, tanto es así que fue robado en varias ocasiones. Al final, todo pareció una broma del destino: «Debería haber hecho pedazos ese boleto», confesó a ‘ABC News’.

 

3. El Santa Claus del dinero

A Billie Bob Harrell Jr. le inundaban los problemas financieros. Pero en 1997 se fueron de su cabeza de repente al ganar un premio mayor de 31 millones de dólares en el concurso de lotería de Texas. Desgraciadamente, el acoso de las deudas por los préstamos fue a más y 1,2 millones fueron a parar a sufragarlas. Se compró varios coches nuevos y unas cuantas casas para su familia. La solidaridad se le fue de las manos y acabó donando el dinero a organizaciones benéficas. «Jugó a ser Santa Claus», espetó su madre en la revista ‘People’.

Pero la continua presión de desconocidos pidiendo dinero le llevó a los infiernos. Harrell se vio obligado a cambiar de número de teléfono varias veces. Él y su esposa se separaron. Finalmente, menos de dos años después de todo eso, se quitó la vida. «Después de ganar la lotería», asegura un abogado experto, «una de las primeras cosas que debes hacer es redactar una lista de personas en las que confías».

 

4. La casa de sus sueños

Lara y Roger Griffiths formaban una pareja de ensueño que nunca discutía. Sus amigos les envidiaban y eran felices. Pero todo cambió cuando ganaron 2,76 millones de dólares en 2005. Con ese dinero se compraron una casa de un millón de dólares y un Porsche. También realizaron diversos y lujosos viajes a Dubái, Mónaco y Nueva York.

La mala suerte sacudió sus vidas. Su fortuna se esfumó en 2010 cuando un extraño incendió su casa. El seguro no lo cubrió, y tuvieron que pagar muchísimo dinero en reparaciones y alojamientos provisionales. Su relación se resintió, hasta el punto que después de varios meses, Roger se fue de casa con el Porsche. ¿La causa? Su mujer descubrió mails suyos en los que tonteaba con otra. Así terminó su fortuna y su amor de 14 años de duración.

 

5. Un décimo perdido

Martyn Tott, 33 años. Nadie diría que después de haber ganado 5 millones de dólares, su boleto se iba a perder. Lo único que pudieron hacer fue denunciar el extravío al ‘Camelot Group’, la compañía que administra la lotería nacional británica. Ésta convenció a los oficiales que la reclamación de la cuantía del premio, aun sin décimo físico era legítima pero… el plazo se les pasó. ¿Se puede tener tan mala suerte? La cosa es que existe un límite de 30 días para dar parte de los premios perdidos, por lo que la compañía no estaba obligada a pagarles. Y eso hizo.

Aquel premio se convirtió en la cantidad no reclamada más grande de la historia de la lotería. «Pensar que vas a tener esa cantidad de dinero es muy liberador. Que te lo arrebaten tiene el efecto contrario. Te destroza la vida y pone una presión terrible en tu matrimonio. Fue la tortura más cruel que se pueda imaginar», le dijo Kay Tott a ‘The Daily Mail’.

 

6. El mayor premio de lotería despilfarrado

Adrian y Gillian Bradford ganaron el récord en premios del Reino Unido: un total de 148 millones de libras (más de 187 millones de euros). Pronto se aficionaron a los placeres más caros: viajes en primera clase, un nuevo hogar y coches deportivos. Pero no pareció hacerles felices, ya que 15 meses después la pareja anunció su separación, envuelta en rumores e infidelidades. Para Gillian, ganar la lotería supuso una «carga enorme». En unas declaraciones a ‘The Daily Mail’ afirmó que para ella fue «muy estresante».

«El dinero hace supuestamente feliz a la gente, pero también las convierte en personas exigentes y codiciosas», valoró Gillian. «He dado a mi familia dinero, casas y coches, pero siguen queriendo más». Al final, la fortuna produjo recelo entre sus familiares y amigos y terminaron cada uno por su lado.

Así que ya ves. Ganar la Lotería quizás no es la respuesta a todos tus pedidos. De hecho, existe una teoría sobre personas que no están acostumbradas a tener mucho dinero y de repente les toca la lotería. «Hay una estadística que dice que más o menos el 70% de los que se hacen ricos en un corto período de tiempo terminan arruinándose en un período inferior a cinco años», asegura.

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