Las mujeres que emigraban para buscar pareja
Muchas mujeres que habitaban en el sur de Alemania hace unos 5.000 años se establecieron con sus parejas lejos de su lugar de origen, concluyen investigadores suecos tras analizar huesos y dientes de varias excavaciones en los estados de Baviera y Baden-Württemberg.
Los científicos estudiaron también restos humanos de dos grandes y antiguos cementerios cerca de Lauda-Königshofen (en Baden-Württemberg) y Bergrheinfeld (en Baviera) y descubrieron que en torno al 42 por ciento de los enterrados allí no procedían originalmente del lugar, aseguran en la publicación especializada «PLOS ONE».
Para los investigadores dirigidos por Karl-Göran Sjögren, de la Universidad de Gotemburgo, en esa época podría haber existido un sistema relativamente estable de exogamia y lo habitual era emparejarse fuera del grupo social propio. Por eso, se cree que las mujeres habrían emigrado largos recorridos para establecerse en los asentamientos de sus parejas.
Los investigadores hablan de un complejo sistema de intercambio social y de diversificación económica en la Europa del Neolítico tardío. «Nuestros resultados señalan que los grupos de cultura de cerámica cordada eran muy móviles, especialmente las mujeres», indicaron. Esa cultura existió en Europa en torno a los años 2.800 a 2.200 antes de Cristo. Sin embargo, no está claro qué distancias exactamente recorrían las mujeres, señaló Sjögren.
Es igual de probable que fueran distancias cortas para ir de pueblo en pueblo como trayectos más largos a través del sur de Alemania, desde Franconia a la Baja Baviera, más al sur. «Tenemos que investigarlo más en profundidad», añadió Sjögren.
A partir de los análisis óseos los científicos pudieron inferir las costumbres de alimentación del hombre de aquella época y hacerse una idea de quién era oriundo del asentamiento y quién había llegado más tarde. En épocas anteriores, el hombre se alimentaba de animales y plantas pero muchos asentamientos tenían una cultura más centrada en la agricultura y la industria lechera que otros.
Johannes Krause, del Max-Planck-Institut de Historia de la Humanidad en Jena, considera concluyente la investigación de sus colegas suecos. Ya se conocían grandes movimientos migratorios en tiempos de la cerámica de cuerdas, señaló el experto, que no participó en el estudio. En aquella época emigraban grandes grupos desde la estepa póntica hasta el sur de Alemania y Suiza.
Un estudio anterior ya había destacado la migración de una joven mujer desde la Selva Negra a Dinamarca en la Edad de Bronce: desde su pueblo natal caminó unos 800 kilómetros hasta la península de Jutlandia, en la actual Dinamarca, en torno al año 1.370 antes de Cristo. Después regresó a su ciudad y otra vez volvió a Jutlandia. Científicos daneses creen que la joven fue emparejada con un hombre de allí para mejorar las relaciones comerciales entre las familias.