Un activista se «casará» con un árbol en México
Un pintoresco pueblo mexicano será testigo de la unión entre un hombre y un árbol, cuando el actor y director peruano Richard Torres contraiga “matrimonio” el próximo domingo con un árbol de más de 2.000 años de edad, un acto que el activista busca realizar en cada país de América para dar un mensaje de compromiso con la naturaleza.
“Estoy muy emocionado. Esta boda es un desafío”, afirmó hoy Richard Torres en declaraciones a la agencia alemana DPA.
“Se trata de una fiesta de vida que busca crear conciencia y evitar la tala de árboles”, agregó el actor y director de teatro tras llegar esta mañana al pueblo de Santa María del Tule, en el estado sureño de Oaxaca.
Allí se realizará el próximo domingo la “boda” con el Árbol del Tule, famoso en todo México no sólo por su longevidad, sino también por el extenso diámetro de su tronco, cuya circunferencia es de unos 58 metros.
“Es un árbol milenario y la ceremonia que haremos también lo es”, sostuvo el activista nacido en Lamud, un pequeño pueblo de la Amazonía peruana donde, asegura, tuvo el primer contacto con la naturaleza.
La ceremonia consiste en un pago a la Madre Tierra, inspirado en los rituales incaicos, y luego una boda tradicional con anillos y ramo; el novio llevará además una ofrenda compuesta de granos, monedas y pan que ofrece a la “novia” (el árbol), describió DPA.
Torres ya se casó antes con otros árboles. La primera vez lo hizo en 2012 en Lima, luego de protestar por la tala en un punto verde importante de esa ciudad para poner la feria gastronómica Mistura. “Luego de eso se formó el proyecto “Cásate con un árbol”. He realizado estas bodas simbólicas en la Amazonía y luego en Chile, Argentina, Bolivia y Colombia”, señaló.
El activista explicó que la boda es sólo una parte de su proyecto de reforestación: durante la ceremonia, abierta a todo el público, planta un árbol al que llama “Árbol de la Paz”, y en los días posteriores más árboles son sembrados por Torres y miembros de la comunidad en la que se encuentre, sobre todo niños.
“Es importante que les inculquemos el respeto y el amor por la naturaleza” a los niños, dijo Torres, y relató que han llegado “a plantar hasta 300 árboles y en Santa María del Tule espero llegar a los 100”.
El activista estará acompañado por un grupo de ecologistas e ingenieros que se encargarán de gestionar los permisos para plantar los árboles en Santa María del Tule, mientras las autoridades locales, artesanos, niños y las personas que viven esa comunidad asistirán a la ceremonia.
El Árbol del Tule mide casi 50 metros y se suele decir que ni 30 personas tomadas de la mano pueden rodear su tronco. Según una leyenda zapoteca, fue plantado por un sacerdote del dios del viento, Ehécatl.
Se trata de un ahuehuete, que en lengua náhuatl significa “un árbol viejo de agua”, especie típica en el país así como en algunas zonas de Guatemala. En 1921, el ahuehuete fue declarado el árbol nacional de México, dado que se considera que por su longevidad estos árboles son testigos de la historia del país.