El dramático «beso» de dos estrellas
Un equipo internacional de investigadores ha descubierto un nuevo sistema estelar doble en el que sus dos estrellas están tan cerca la una de la otra que se tocan y comparten material, y ambas podrían dirigirse hacia un «final dramático».
Así, se podrían fundir para crear una sola estrella supergigante o acabar formando un agujero negro binario.
Estas son algunas de las principales conclusiones de un estudio que publica la revista Astrophysical Journal, en el que por parte española han participado investigadores del Centro de Astrobiología (CAB, centro mixto del CSIC y del INTA, Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial) y del Instituto de Astrofísica de Canarias.
El hallazgo de este sistema binario en el que sus dos estrellas comparten materia ha sido posible gracias al telescopio VLT (Very Large Telescope) de Chile, del Observatorio Europeo Austral (ESO).
El sistema estelar se denomina VFTS 352 y está situado a unos 160.000 años luz de distancia en la Nebulosa de la Tarántula.
Según una nota del ESO, este par de jóvenes estrellas se encuentra entre los objetos más extremos y extraños jamás encontrados. Y es que este sistema está formado por dos estrellas muy calientes, brillantes y masivas -orbitan entre sí en poco más de un día- y sus centros están separados por sólo 12 millones de kilómetros.
De hecho, según el ESO, las estrellas están tan cercanas que sus superficies se superponen y se ha formado «un puente» entre ellas.
Los astrónomos predicen que VFTS 352 se enfrentarán a un destino catastrófico que puede acabar de dos maneras: el primer resultado potencial es la fusión de las dos estrellas, que probablemente produciría una única estrella supergigante de rotación rápida y, posiblemente, magnética.
La segunda posibilidad es que las componentes acaben sus vidas como explosiones de supernova, formando un sistema binario cercano de agujeros negros (un nuevo camino evolutivo completamente diferente de las predicciones de la evolución estelar clásica).
Probar la existencia de este segundo camino evolutivo sería un gran avance observacional en el campo de la astrofísica estelar.
AGENCIA EFE