¿Qué es una orquesta y cómo se organiza en un escenario?
Una orquesta es básicamente un grupo grande de instrumentistas. En ese sentido podemos hablar de una orquesta de percusión, una orquesta de cuerdas o de vientos, etc. Pero la acepción más común hoy en día en Occidente es la que se refiere a la Orquesta Sinfónica que es un conjunto de instrumentos de cuerda, instrumentos de viento (madera), metal y percusión.
Una orquesta sinfónica tiene, generalmente, más de ochenta músicos en su lista. Solo en dos casos llega a tener más de cien, pero el número de músicos empleados en una interpretación particular puede variar según la obra que va a ser ejecutada. El término «orquesta» se deriva de un término latino que se usaba para nombrar a la zona frente al escenario destinada al coro y significa ‘lugar para bailar’.
Dos ciudades fueron los principales centros de producción musical, catalizadores y forjadores de la sonoridad del nuevo concepto sinfónico de la orquesta: Viena y Mannheim. En estas ciudades, más que en cualquier otro sitio, se fraguó la realidad de la forma sinfónica. Mannheim disponía de unos excelentes medios materiales para experimentar una orquesta disciplinada y estable cuya calidad pudo apreciar Mozart. La orquesta fue conocida por los detalles de fraseo, la utilización de unos recursos, como los llamados creciendo y disminuyendo Mannheim que, en realidad, no fueron invención de los miembros de este grupo, la alta exactitud en la dirección y la precisión interpretativa. Uno de sus principales directores fue Johann Stamitz (1717-57).
GRUPOS DE INSTRUMENTOS EN UNA ORQUESTA
Cada sección de la orquesta tiene una colocación determinada de 15 tipos de instrumentos, que ha venido siendo normalizada por la potencia sonora de los instrumentos. Así, los instrumentos de cuerda se sitúan al frente, de más agudo a más grave, detrás se colocan los instrumentos de viento, primero madera y luego metal, y al final se colocan los instrumentos de percusión y el piano. De estos instrumentos, hay muchos que son el corazón de la orquesta y nunca se renuncia a ellos, y otros que son auxiliares y no siempre aparecen en la orquesta, pese a ser parte del modelo estándar. Por ejemplo, los violines son imprescindibles pero el piano no siempre se encuentra.
CUERDAS:
- 18 violines primeros
- 15 violines segundos
- 12 violas
- 12 violonchelos
- 9 contrabajos
- 1 ó 2 arpas, de ser necesario
VIENTOS O MADERAS:
- 3 flautas, 1 piccolo
- 3 oboes
- 3 clarinetes
- 1 clarinete bajo
- 3 fagotes
- 1 contrafagot
METALES:
- 4 cornos
- 4 trompetas
- 3 trombones
- 1 tuba
PERCUSIÓN:
- Timbales
- Platillos
- Campanas
- Tambor
- Gong
- Marimba
- Xilófono
EL DIRECTOR DE ORQUESTA
El director de la orquesta cumple con una función principal respecto a la orquesta sinfónica, puesto que es el que la dirige e incluso da la formación musical. Es una persona que no solo mantiene el tiempo de la pieza y da las entradas de los instrumentos para que la interpretación sea coherente, sino que debe interpretar la partitura según el concepto “global”, manteniéndose fiel al espíritu original de la obra pero dando una visión personal.
Para conseguirlo, debe conocer en profundidad la vida y obra de los compositores. El director no aparece en la orquesta hasta el siglo XIX, cuando realmente se establecieron los estándares de orquesta sinfónica, y surgió casi por motivos estéticos. Antes era el primer violín (concertino), el clavecinista u organista quien dirigía (continuista), y actualmente se encargan de afinar el conjunto y de la colocación del director dentro del campo visual de los intérpretes. El solista en las obras se sitúa junto al director.
DIFERENCIA ENTRE ORQUESTA FILARMÓNICA Y SINFÓNICA
La única diferencia entre una orquesta filarmónica y una sinfónica está en el nombre. Sinfonía significa concordancia, armonía, un acuerdo de sonidos y Filarmonía significa pasión por la música, pero las orquestas que llevan uno u otro nombre son iguales en cuanto a los instrumentos que las conforman y también en cuanto al repertorio que interpretan.
En cualquiera de los casos, la disposición de cada una de las familias de instrumentos en el escenario depende, principalmente, de la semejanza de su sonoridad y la recepción de su música en el propio teatro. Aunque en la mayoría de las ocasiones se distribuirán de la misma forma, existen ciertas variaciones según las exigencias del propio director o bien por el propio espacio del escenario.
¿CÓMO SE UBICAN LOS INSTRUMENTOS EN UNA ORQUESTA?
En una orquesta sinfónica, los instrumentos se distribuyen a lo largo del escenario en forma de semicírculo. En el centro y siempre frente a los músicos encontramos al director de orquesta, la personal que se encargará de guiar el espectáculo musical.
La colocación de estos instrumentos siguen el mismo sentido: de izquierda a derecha del director y, por lo tanto, de sonido más agudo a más grave.
Los instrumentos de cuerda se colocan en la primera línea del escenario. Aquí encontraremos violines, segundos violines, violas, violonchelos, contrabajos y, si lo requiere la orquesta, arpas y pianos.
Justo detrás de ellos, en la zona central, encontraremos los instrumentos de viento-madera como las flautas, oboes, clarinetes, fagots y contrafagots. Algunas orquestas también incluyen instrumentos de viento-metal. Sí, las famosas trompetas, trombones y tubas. Estos estarán colocados en una línea posterior a los de viento-madera.
En el fondo del escenario se colocarán los instrumentos de percusión. Eso sí, siempre con los timbales ubicados en el centro.
Esta distribución común para todas las orquestas nace de la idea de querer reconocer el mejor sonido de cada uno de los instrumentos. Los directores de orquestas han sido quienes, a lo largo de los años, han ido realizando experimentos y cambios hasta dar con la clave de este sonido.
Aunque como vemos existen patrones claramente establecidos, los directores tienen la última palabra para introducir pequeños cambios y modificaciones en el orden de cada uno de estos instrumentos.
Estas variaciones de posiciones realmente producen cambios mínimos y de gran sutileza casi imposibles de apreciar. A menos que seas un experto en la materia o estés disfrutando de un concierto de música clásica en riguroso directo.