Cultiva tomates de la misma semilla desde hace 58 años y cuenta su secreto
En el año 1965 la estadounidense Sybil Gorby plantó en su granja de Virginia Occidental un puñado de semillas de tomate que creció en excelentes condiciones. La mujer quería que todos sus tomates mantuviesen aquel sabor, por lo que decidió continuar con el mismo linaje de semillas.
Gorby, que actualmente tiene 92 años, ha mantenido este método hasta la fecha. La americana vive en un remoto cortijo en el condado de Tyler desde hace más de seis décadas y cada primavera se pone manos a la obra con la tierra. Hace unos días el Washington Post conversó con la anciana, quien aseguró que lleva más de 58 años comiendo tomates de la misma semilla.
La anciana asegura que es «como magia» y añade que «tienen un sabor dulce especial». Gorby levantó su granja con sus propias manos y las de su difunto marido durante la década de los sesenta. Cuando se mudaron a la casa de campo, la familia decidió cultivar un huerto con todo tipo de frutas, verduras, flores y plantas.
«Teníamos de todo en el jardín», explica emocionada Gorby, que también dedicó su vida a la enfermería y a educar a sus cuatro hijos. Fue en esos primeros años en el campo cuando un amigo les regaló unas tomateras, pronto quedaron enamorados de su sabor y Gorby ideó un plan para poder saborear siempre que quisieran esos deliciosas tomates.
El procedimiento es el siguiente: al llegar la primavera en el hemisferio norte, la americana deja secar unas semillas sobre una servilleta de papel, las planta durante la media estación (cuando no haga ni mucho calor ni mucho frío) y comienzan a florecer en el mes de junio. A mediados de agosto ya se puede recoger el fruto, que es un tomate gordo, brillante, exquisito y de formas extrañas.
Marody, una de las hijas de Sybil Gorby, comentaba que en ocasiones «las semillas se convierten en tomates tradicionales gigantes, incluido uno de la cosecha del año pasado». También compartió la historia de su madre a través de Facebook y no tardó en viralizarse.