La misteriosa isla donde la gente ve en blanco y negro
Pingelap, un hermoso atolón en el Pacífico perteneciente a los Estados Federados de Micronesia, es un lugar conocido desde hace tiempo por su maldición genética, gracias a la cual se la conoce como ‘La isla de los daltónicos’.
Pingelap es la única de las tres islas del atolón que está poblada, pero pocos de sus 250 habitantes pueden ver los colores reales de la belleza que les rodea. El lugar genera interés para los genetistas debido a la alta presencia de acromatopsia —también denominada monocromatismo—, ya que un gran número de sus habitantes sólo pueden ver en blanco y negro, según indica un reportaje de la BBC.
De este modo, el 10% de los insulares ve el mundo completamente en blanco y negro y otro 30% es portador de esta mutación genética. En comparación, en EE.UU. solo una de cada 33.000 personas —un 0,003%— están afectadas y otros países poseen estadísticas similares. ¿Cómo se explica esto?
¿Qué tuvo que ver el rey?
En 1775, el tifón Liengkieki barrió la isla, matando al 90% de la población y dejando sólo a 20 personas. Se cree que uno de los supervivientes, el rey Nahnmwarki Mwanenised (el gobernante de la época), era portador de acromatopsia completa (conocido en la isla como «maskun», literalmente «no ve» en pingelapés), un trastorno genético recesivo que causa una ceguera total al color en los afectados.
Todos los afectados tienen como ancestro a este superviviente.
Sin embargo, la acromatopsia no apareció hasta la cuarta generación tras el tifón, estando afectada el 2,70% de la población. En la sexta generación, la incidencia aumentó aproximadamente al 4,92%.6 Estas estadísticas pueden explicarse por la endogamia y por dos conceptos relacionados, el efecto cuello de botella y la deriva genética.
En el caso de la acromatopsia en la isla Pingelap, la mutación fluctuó en gran medida de la tercera y cuarta generación bajo una forma extrema de deriva genética. Este tipo de deriva genética ocurre sólo cuando la población es extremadamente pequeña (20 supervivientes tras el tifón) y también se conoce como efecto fundador.
Por supuesto, en ambos casos ocurren casos de endogamia. Para ser capaces de recuperar la población del atolón tan rápido como fuera posible, los supervivientes deben realizar una cantidad sustancial de relaciones endogámicas en las primeras generaciones.
Pero dos factores cruciales han provocado que los genes de esta isla no se hayan modificado demasiado: su ubicación remota y la religión local, que desaconseja el matrimonio con extranjeros.
Hoy en día, el atolón sigue siendo un lugar de interés para los genetistas por alta presencia de acromatopsia; debido al pequeño acervo génico y el rápido aumento de la población, el trastorno es prevalente en al menos el 10% de la población, con un 30% siendo portadores, llevando al neurólogo Oliver Sacks a escribir en 1997 su libro La isla de los ciegos al color.
A pesar de los inconvenientes del daltonismo, los isleños que padecen este trastorno tienen una ventaja: pueden ver muy bien en la oscuridad.