La guerra de los mundos: la emisión de radio que desencadenó el pánico
Un 30 de octubre de 1938 el mundo asistía a uno de los fenómenos que más ha marcado la historia de los medios de comunicación. Aquel fue el momento que los colocó rumbo a ostentar definitivamente la gran responsabilidad de la etiqueta que los esbozaba ya como el cuarto poder de la sociedad.
Una inocente narración de apenas una hora de duración puso de pronto al mundo entero patas arriba, un fenómeno extraordinario que hoy sería difícil hasta de imaginar, pero que en aquel momento provocó el pánico entre miles de personas que salieron despavoridas, convencidas de que el mundo estaba siendo invadido por un ejército de alienígenas.
La noche de Halloween fue el pretexto perfecto para un programa radiofónico basado en la novela de Herbert George Wells La guerra de los mundos, de 1898. La narración del actor y futuro director de cine Orson Welles desdibujó la fina línea que a veces se encuentra en los medios entre realidad y ficción.
“Hoy sabemos que en los primeros años del siglo XX nuestro mundo estaba siendo observado por unos seres más inteligentes que el hombre y, sin embargo, igual de letales”, comenzaba la dramatización. Instantes antes, un mensaje informaba de que se trataba de una obra de ciencia ficción.
La emisión del pánico
Orson Welles, acompañado del guionista Howard Koch y otros colaboradores que formaban The Mercury Theatre, adaptaron la novela para trasladarla desde las calles de Inglaterra hasta Nueva Jersey, en Estados Unidos.
En el nuevo guión, la novela se convertía en una noticia donde Welles interpretaría al científico que explicaba la invasión junto a un actor que hacía del periodista Carl Philips. Un programa de radio con música en directo que se vería interrumpido con una falsa noticia sobre meteoritos arrasando el planeta Tierra.
“Señoras y señores, les presentamos el último boletín de Intercontinental Radio News”, daba comienzo el noticiario. “Desde Toronto, el profesor Morse de la Universidad de McGill informa que ha observado un total de tres explosiones del planeta Marte entre las 7:45 P.M. y las 9:20 P.M”.
La música irrumpía entonces en las escenas cotidianas de todos los radioyentes, una adaptación de la obra Stardust interpretada por Ramón Raquello and his Orchestra, que volvía a cortar Philips de pronto: “Señoras y señores, esto es lo más terrorífico que nunca he presenciado… ¡Espera un minuto! Alguien está avanzando desde el fondo del hoyo. Alguien… o algo. Puedo ver escudriñando desde ese hoyo negro dos discos luminosos… ¿Son ojos? Puede que sean una cara”.
La caída de los meteoritos representaba en realidad la llegada de las naves extraterrestres hasta el subsuelo de la Tierra. La narración explicaba con todo lujo de detalles y gran interpretación cómo el rayo de calor y los gases venenosos de las naves atacaban la ciudad con sus babeantes tentáculos. El noticiario terminaba con la muerte del reportero en la azotea del estudio de la Columbia Broadcasting de Nueva York a causa de los gases alienígenas.
El caos de la ficción recreado en la realidad
No fue hasta el minuto 40 cuando Welles y su equipo recordaron por segunda vez a los radioyentes que la obra se trataba de pura ficción, una adaptación con motivo de la noche de Halloween. Sin embargo, para entonces muchas personas habían entrado ya en pánico, habían cogido sus coches y habían salido huyendo de las ciudades que se encontraban ya completamente congestionadas.
Millones de personas sintonizaron la emisión aquella tarde. Algunos pudieron llegar tarde o bien no prestar demasiada atención al inicio del relato, por lo que creyeron que se trataba de un noticiario real. Las redacciones de los periódicos, las comisarías de policía y las carreteras de Nueva York y Nueva Jersey quedaron colapsadas en cuestión de unas horas. Ataques de pánico, irrupciones en supermercados para lograr coger provisiones,
A pesar de tratarse de un programa semanal basado en la adaptación de obras literarias, Welles, que había considerado su relato incluso demasiado aburrido para entretener a su público habitual, transformó La guerra de los mundos en los 59 minutos de radio más famosos de la historia de las telecomunicaciones. La antesala del instante en el que millones de personas comenzaron a juzgar la poca inocencia con la que podía ser utilizado este medio. [No en vano, algunas teorías hablan de la exageración del suceso por parte de los periódicos para tratar de romper la confianza en la rigurosidad de este medio de comunicación].
¿Fue la noticia falsa una noticia falsa?
Considerado por diversos expertos como la semilla de la que han germinado las actuales fake news, la histeria colectiva catapultó a la cima del poder de la opinión pública a los medios de comunicación de masas tras este suceso. Sin embargo, estudios posteriores colocan la responsabilidad real del relato que ha llegado hasta nuestros días sobre los periódicos, desmintiendo que sucediera realmente algo así a raíz de aquel programa de radio.
¿Pero por qué motivo exagerarían los periódicos este suceso? En tiempos de la Depresión, la radio había acaparado gran parte de los ingresos publicitarios de la prensa. Desacreditar la rigurosidad periodística y la veracidad de la radio sería para los periódicos del momento la oportunidad perfecta para colocarse al frente como fuente de noticias.
Handley Cantril dirigió un estudio de la Universidad de Princeton en el que asegura que 1,7 millones de estadounidenses creyeron en la llegada de los extraterrestres al planeta, mientras que 1,2 millones de personas sí se asustaron. El sociólogo Robert Bartholomew de la Universidad James Cook afirmó que la reacción del pánico fue posteriormente exagerada en su ensayo El pánico marciano sesenta años después. También W. Joseph Campbell lo incluye en su libro Getting it wrong: Ten of the Greatest Misreported Stories in American Journalism.
El potencial del poder de los medios de aquel momento quedó de igual forma demostrado, quizá no como el causante de la propia histeria, pero seguro como responsable de construir sobre la nada el mito posterior del pánico. Sea como fuere, el relato radiofónico de La guerra de los mundos queda ya grabado para siempre en el imaginario social como el programa que marcó un antes y un después en la historia de los medios de comunicación, estudiado en cada facultad de ciencias de la información del mundo entero.