¿Por qué pegarle un golpecito al control remoto a veces lo arregla?
A veces estás viendo televisión y cuando querés cambiar de canal, el control remoto no te responde. El primer instinto que muchos tenemos es pegarle un golpecito con la mano o con el mismo sillón para que vuelva a funcionar, y la mayoría de las veces lo hace. ¿Cuál es la ciencia detrás de este golpe?
En realidad darle una palmada al control remoto no es una forma segura de hacerlo funcionar, ni tampoco un arreglo muy profesional que digamos, pero la «técnica» funciona a veces, y aquí está la ciencia detrás de ello.
Debido a que las baterías permanecen en el control remoto durante meses o incluso años, se forma una pequeña capa de óxido entre el terminal negativo de la batería y el terminal (resorte) del control remoto.
La formación de la capa oxidativa, es decir, la oxidación , es el mismo proceso que hace que la manzana cuando está pelada comience a ponerse marroncita o que genera la oxidación de una barra de hierro.
En el caso de los elementos tecnológicos, a capa oxidativa tiene la característica de bloquear el flujo de corriente. Ahora bien, si el control remoto usara mucha potencia, fácilmente superaría esta resistencia que plantea la capa oxidativa.
Pero los controles remotos usan pequeñas cantidades de energía, por lo que una capa oxidativa es suficiente para obstaculizar su función.
Cuando golpeamos el control remoto, las baterías del interior se mueven ligeramente e inmediatamente alteran la capa oxidativa.
La pequeña potencia de energía de un control remoto también explica por qué, cuanto más años tiene tu control remoto más a menudo te funciona pegarle un golpecito cuando a causa de tener pilas viejas por ahí deja de funcionar o funciona con energía baja.
A medida que la resistividad se debilita, el control remoto comienza a funcionar nuevamente.