6 de abril: Día mundial de la actividad física
El Día Mundial de Actividad Física se celebra el 6 de Abril en todo el mundo con actividades que buscan promover el movimiento en todas las edades y diferentes entornos para mejorar la salud.
La Actividad Física ha sido considerada un pilar fundamental en la promoción de salud hoy en día, ya que además de ser accesible y de bajo costo, tiene un impacto en prevención de enfermedades, disminución de muertes prematuras, y mejora la salud cardiovascular, metabólica, osteo-articular, cognitivo y emocional. Mejora el rendimiento académico en niños y en adultos. Además favorece el relacionamiento social.
Las nuevas recomendaciones referentes a la actividad física no sólo promueven ser más activo (150 minutos por semana para adultos y 60 minutos diarios para niños), sino que en forma independiente también se obtienen beneficios por ser menos sedentarios (es decir estar menos tiempo sentado).
Grandes beneficios surgen de incorporar estrategias de movimiento a diario en el trabajo, los traslados, el hogar o tiempo libre. De esta manera se mejora el bienestar y la salud personal, de la familia y se enseña un estilo de vida que se transmite de generación en generación.
Desde el año 2002, la OMS propone celebrar el Día Mundial de Actividad Física (DMAF) luego de observar la gran movida que el emprendimiento Agita Mundo (desde Brasil) había realizado cercano a la celebración del Día Mundial de la Salud (7 de Abril). El espectáculo de enorme convocatoria sorprendió a los referentes de la OMS que nunca antes había visto movilizar tantas personas por una celebración en torno a la salud. Desde ese año, todos los años, varios países representados por varias instituciones sanitarias, deportivas y educativas generan movidas y actividades para alentar la promoción de la Actividad Física.
La actividad física agrupa a todo movimiento corporal que conlleva un gasto de energía, desde las tareas del hogar, los traslados, lo que se realiza en el trabajo y en el tiempo libre. Cuando la actividad se estandariza y busca objetivos de mejorar la condición física se denomina ejercicio, y cuando la actividad se basa en reglas deportivas en disciplinas reconocidas internacionalmente y que buscan un rendimiento deportivo, se denomina deporte. El deporte de elite muchas veces somete al individuo a exigencias que pueden acarrear riesgos a nivel músculo-esquelético o cardiovascular. Es por ello que se estimula la realización de AF moderada la cual permite a cada persona beneficiarse de la protección de enfermedades y mortalidad además de mejorar el funcionamiento general de todo el organismo, pero también con muy bajo riesgo de daño.
Recomendaciones para adultos y niños
Ser activo y ser poco sedentario no es exactamente lo mismo. La actividad física y el sedentarismo no son dos caras de la misma moneda sino que actúan como factores independientes. En la persona que además de ser activa dedica poco tiempo a estar sentado, se potencian los beneficios en salud.
Las recomendaciones para la población general apuntan realizar por lo menos 150 minutos de actividad moderada aeróbica a la semana, acumulando sesiones de por lo menos 10 minutos de realización continua. Se estimula a incorporar ejercicios que potencien la fuerza muscular. Además se insiste en disminuir las horas de estar sentado, así como agregar cortes durante esas horas para pararse o caminar. Tanto aumentar la actividad física como disminuir el sedentarismo han demostrado efectos beneficiosos en la salud en forma independiente. Esto significa que por más de que una persona alcance las recomendaciones realizando por ejemplo, media hora de caminata por día, y luego pasa 7 horas sentado frente a una computadora, sólo recibirá beneficios por la actividad pero también los daños por el tiempo sentado. En contraposición si una persona no alcanza los 150 minutos de actividad semanal pero tiene actividades leves, con muy poco tiempo sentado (2 horas diarias), entonces se beneficiará del bajo nivel de sedentarismo y deberá incorporar más AF moderada para obtener mayores beneficios en su salud en forma independiente al tiempo sentado.
Para los niños, niñas y adolescentes (menores de 18 años), se propone por lo menos una hora de actividad diaria de moderada a intensa. Los menores realizan ejercicio en ráfagas, esto es de a ratos y en forma explosiva. Todos estos minutos cuentan pero sin duda no son suficientes ya que el tiempo de pantallas (Tv, PC y videojuegos) también les afecta de manera adversa. La recomendación entonces para niñoses que se muevan por lo menos 1 hora por día y que tengan menos de 2 horas de pantalla diaria. Es importante remarcar que la actividad física en la infancia ya que se traduce no sólo en salud en esa edad sino en la adultez, además de incorporar un estilo de vida que luego se continuará a sus hijos. La actividad física en la infancia debe generar experiencias positivas para el niño, además de poder incorporarla a la vida cotidiana.
Un círculo vicioso de inactividad puede transformarse en un círculo virtuoso de actividad para el niño con impacto en su salud, en la familia, en su nivel cognitivo, en los costos de salud y a nivel social, transmitiendo estos patrones de conducta a sus hijos.
¿Cómo ser activo?
La solución está al alcance de todos ya que no se debe depender de un gimnasio, un club o ser parte de un equipo deportivo, todo los movimientos que se realizan a lo largo del día suman. Se pueden repartir en sesiones cortas de 10 minutos, por ejemplo dejar estacionado el auto más lejos o bajarse unas paradas antes del ómnibus contribuyen a incorporar un estilo de vida activo. Levantarse cada una hora en el trabajo y caminar unos metros o subir y bajar escaleras, salir a comprar comida en vez de solicitarla. Realizar las tareas del hogar así como jardinería, incluso pasear al perro son importantes para sumar movimiento al día a día. Incorporar caminatas y/o bicicleta como forma de trasladarse también muestra un efecto en la salud.
Poner límite a los tiempos de pantalla como televisión, computadora, videojuegos y celular, también son estrategias efectivas para promover un cambio progresivo, cotidiano y con beneficios en la salud personal, familiar, incluso de las futuras generaciones.
Recordá: todo movimiento suma, incorporá progresivamente en tu vida actividades y disminuí los tiempos sentados. Como todo gran cambio, se comienza de a poco, y ¡actuando ya!