I am Cait, el show que abrió la cabeza de muchos
Este domingo llega a su fin la primera temporada de «I am Cait», el programa de E! que se dedicó a documentar la vida de Caitlyn Jenner luego de su transición de género.
«Keeping Up with the Kardashians» fue de principio a fin una frívola historia sobre una familia millonaria norteamericana y las situaciones cotidianas que debían enfrentar sus miembros. Por ello fue un bálsamo que una de las historias de vida más ricas y más duras haya provenido del padre del clan, una figura bastante opacada en un show que giraba más que nada alrededor de los problemas amorosos de las mujeres de la familia, la fastuosa vida de los Kardashians y su incursión en el mundo de la moda hollywoodense.
En abril de este año, en una sorprendente -y valiente- entrevista con Diane Sawyer, el ex campeón olímpico Bruce Jenner declaraba «para todos los efectos, soy mujer».
En la externa charla, Jenner habló de su identidad de género, un tema con el cual luchó toda su vida. «Mi cerebro es más femenino que masculino», explicaba Jenner, quien esperaba que sus declaraciones públicas y su historia pudiesen ayudar a quienes en el mundo entero vivían -y sufrían- una situación semejante.
Inmediatamente, E! lanzó «I am Cait», un programa semanal en donde Jenner -ahora conocido como Caitlyn- logró exponer mediante los retos se le iban planteando en su vida, la problemática que enfrentan aquellas personas que deciden cambiar de género. Desde algo tan duro como enfrentar a la propia familia, hasta cómo encarar a sus propios amigos luego de su transformación, Caitlyn muestra descarnadamente lo doloroso que puede ser el camino hacia la propia aceptación y hacia la felicidad personal.
Además, el programa muestra la lucha de comunidad transgénero por conseguir algo tan simple como la aceptación social y la igualdad de derechos. Utilizando para ello historias de vida realmente connovedoras, el programa pone en debate una realidad que existe y que no todos quieren aceptar: el hecho de que todos somos distintos en este mundo y que gran parte de la felicidad pasa por saber aceptarnos como somos. Pero sobre todo, el rol de una sociedad que muchas veces toma a estas personas como seres enfermos o desviados y que no habilita posibilidades que todos los seres humanos deberían tener.
Ya sea que se respete las decisiones de estas personas, o no se logre comprenderlas, lo cierto es que el show logró hacernos pensar a todos, mostrar lo que muchos no veían y generar un lugar al debate. Pero más que nada cumplió con el objetivo de abrir algunas cabezas y de hacernos entender que todos tenemos derecho a ser felices, a que se nos respete como seres humanos y a tener igualdad de posibilidades. En fin, a tener una vida normal, sobre todo cuando se trata de nuestra identidad.