8 mitos sobre higiene que te van a sorprender
Los mitos sobre higiene tienden a transformarse y cambiar a través del tiempo. Mantenerse limpio solía significar simplemente pasarse una esponja por la cara y las manos, o tal vez bañarse en una bañera de madera llena de agua de pozo. Pero ahora que la mayoría tiene la suerte de tener acceso a la calefacción y el agua corriente, tenemos pocas excusas para no estar a la altura de las circunstancias.
Para disipar algunos de los mitos de higiene y aseo personal más comunes, a continuación la palabra de dos expertos en gérmenes: Jason Tetro, microbiólogo y profesor en la Universidad de Guelph, y autor del best-seller “The Germ Files”, y Mike Swann, dermatólogo en Springfield, Missouri:
Mito # 1: Es necesario ducharse todos los días
Ambos expertos coinciden en que la ducha diaria no es necesaria. Esto es, por supuesto, a menos que tengas un trabajo o pasatiempo que implique sudoración profusa, o ensuciarse mucho todos los días. Nuestros cuerpos están cubiertos de microbios, y estos crecen con el tiempo, dice el microbiólogo Jason Tetro. «Si su concentración se eleva demasiado, apestamos, y corremos el riesgo de sufrir irritaciones en la piel, acné y caspa.» El experto añade que ducharse al menos una vez cada pocos días debe mantener los niveles de bacterias lo suficientemente bajo como para evitar aromas desagradables.
Mito # 2: Los asientos de inodoro públicos son peligrosos para la salud
Si sos mujer, es probable que hayas perfeccionado el arte de cubrir con papel higiénico la tapa del inodoro, o ubicarte en cuclillas sin tocar el asiento. Jason Tetro opina que los asientos de inodoros a menudo están recubiertos de gérmenes, pero que lo mismo puede decirse de los inodoros en el hogar, y que no suponen una amenaza para la piel. Así que sentarte en un asiento de inodoro público probablemente no te causará ningún daño. Mientras que no tengas ninguna herida o llaga abierta donde la piel toque el asiento, estás a salvo. «Simplemente no le pases la lengua, ya que muchas de las bacterias presentes pueden causar problemas gastrointestinales», bromea el médico.
Mito # 3: Las bañeras de hidromasaje están llenas de bacterias
Las tinas calientes tienen mala prensa. Hasta fueron referidas una vez en forma memorable en un capítulo de Seinfeld como “frappe de bacterias”. Los jacuzzis, al igual que todas las áreas de aguas recreativas, están contaminados con bacterias, pero sobre todo de la variedad inofensiva, dice el microbiólogo Jason Tetro. Sin embargo, algunas pueden ser molestas, tales como la MRSA, E. coli y Legionella pneumophila, la causa de la enfermedad del legionario. Mientras la bañera de hidromasaje se limpie con regularidad, tomar un baño no conlleva ningún problema para la salud.
Mito # 4: Los productos antibacterianos son los mejores para la limpieza del hogar
Es de público conocimiento que las cocinas y los cuartos de baño son focos de actividad de gérmenes. Así que uno pensaría que el uso de productos antibacterianos sería la mejor manera de limpiarlas. Pero Jason Tetro dice que los productos antibacterianos a menudo contienen triclosán, un producto químico que no es particularmente eficaz en la eliminación de bacterias, y puede ser tóxico. Los desinfectantes como la lavandina funcionan mejor, y las soluciones más respetuosas del medio ambiente que contienen hidrógeno peróxido trabajan igual de bien.
Mito # 5: Los jabones sanitizantes de mano eliminan todas las bacterias
Es hora de cambiar la manera de pensar acerca de los desinfectantes para las manos. El Dr. Mike Swann dice que, si bien los desinfectantes reducen las cargas bacterianas en nuestras manos, la idea de que las manos de repente estarán libres de bacterias es sólo un mito. «La verdad es que las bacterias están en toda tu piel todo el tiempo», dice, añadiendo que esto es completamente normal. Aunque los desinfectantes hechos con más del 60 por ciento alcohol, en realidad funcionan bastante bien, el Centro para el Control de Enfermedades dice que la otra clase probablemente contenga triclosán, que fue recientemente expulsado de la lista oficial de jabones antibacterianos y por la FDA. El jabón y el agua son la mejor manera de lavarse las manos, especialmente si las manos están visiblemente sucias, o si se han manejado agentes químicos como pesticidas.
Mito # 6: Lavar cortes en el mar ayudará a sanarlos
El viejo mito acerca de cómo el agua de mar limpia los cortes y raspaduras es sólo eso, un mito. Puede estar fundado en una verdad (la solución salina ayuda a curar los cortes), pero en la práctica, no se traduce. El microbiólogo Jason Tetro dice que un enjuague en el océano puede funcionar bien cuando se trata de la limpieza de manos, pero que no es una gran elección para tales heridas, ya que el agua contiene microbios que realmente puede interferir con el proceso de curación, y a veces empeorar las cosas. La solución salina estéril es una mejor solución, dice Tetro.
Mito # 7: El desodorante es más saludable que el antitranspirante.
En la década de 2000, ciertos estudios investigaron si los ingredientes de los antitranspirantes podrían causar cáncer. La teoría era que los compuestos a base de aluminio y parabenos (ambos se encuentran en algunos desodorantes y antitranspirantes) imitaban al estrógeno y promovían el crecimiento de células cancerosas. Sin embargo, el Instituto Nacional del Cáncer asegura que esos vínculos no se han comprobado de manera concluyente. «Los desodorantes controlan las poblaciones microbianas con antimicrobianos, mientras que los antitranspirantes controlan la producción de agua de la piel», dice el microbiólogo Jason Tetro, añadiendo que ambos pueden ser eficaces en el corto plazo. Sin embargo, el desodorante puede contener otras sustancias químicas consideradas nutrientes para las bacterias que pueden apaciguar el hedor, mientras que los antitranspirantes mantienen bajo el número de bacterias, ya que necesitan agua para sobrevivir.
Mito # 8: Es necesario cambiar la ropa de cama al menos una vez por mes
De acuerdo con una encuesta de 2013 realizada por la empresa de colchones Ergoflex en Reino Unido, los hombres de entre 18 y 55 años sólo cambian la ropa de cama cuatro veces al año, y los solteros solamente poseen un único juego de sábanas. Las mujeres suelen tener tres sets, y cambian las sábanas cada dos o tres semanas. Según la ciencia, esto no sería suficiente. El microbiólogo Jason Tetro dice: «Todo el tiempo derramamos millones de gérmenes (mientras dormimos), que crecen por el sudor, aceite, suciedad y otros productos químicos orgánicos. La mayoría son inofensivos, pero algunos pueden causar erupciones, irritaciones y acné». Además de eso, los ácaros del polvo se alimentan de las bacterias que derramamos en la cama. Para ayudar a mantener a raya a esos bichos, hay que cambiar las sábanas semanalmente, y usar agua caliente para matar las bacterias, dice Tetro. Si se ducha antes de acostarse, lo mejor es esperar un poco antes de dejar tu marca corporal en las sábanas, dice el Dr. Mike Swann.