7 cosas que las mujeres de Arabia Saudita aún no pueden hacer
Tras el decreto publicado este martes por el rey de Arabia Saudita, el país podría dejar de ser reconocido como el único del mundo que no permite a las mujeres manejar un auto.
«Lo conseguimos» o «Empezamos desde abajo, ahora estamos aquí», publicaron decenas de mujeres sauditas en redes sociales tras conocerse la noticia, que fue también celebrada por gobiernos y organizaciones defensoras de los derechos de la mujer alrededor del mundo.
Pero incluso cuando esta medida entre en vigor y dejen de viajar en vehículos solo como pasajeras -algo previsto para junio de 2018-, habrá muchas otras acciones cotidianas que continuarán fuera del alcance de las mujeres en uno de los países más estrictos y conservadores del mundo.
Algunas de las cosas que las mujeres sauditas no pueden hacer sin el permiso de su «hombre guardián» o tutor (por lo general, algún hombre de la familia como su padre o marido) son:
- Solicitar un pasaporte
- Viajar al exterior
- Casarse
- Abrir una cuenta bancaria
- Iniciar algunos negocios
- Hacerse una intervención médica
- Salir de prisión tras cumplir condena
Estas restricciones se deben al sistema de tutela vigente en Arabia Saudita. Desde su fundación, el país defiende una estricta interpretación de la ley islámica: el wahabismo. Después del violento levantamiento de 1979 -o Incidente de la Gran Mezquita-, esas reglas fueron reforzadas de manera aún más rígida.
Esta realidad ayudó a convertir a Arabia Saudita en uno de los países de Oriente Medio con mayores desigualdades entre hombres y mujeres. Según el Índice Global sobre Desigualdad de Género del Foro Económico Mundial de 2016, solo es superado por dos países en guerra: Yemen y Siria.
‘Un hombre es igual a dos mujeres’
Este sistema de tutela ha sido duramente criticado por organizaciones como Human Rights Watch, que comparó el estado legal de las mujeres con el de los menores de edad, ya que «no pueden tomar decisiones clave para su futuro por sí mismas».
Algunas mujeres hicieron campaña en contra de este sistema, a pesar de lo difícil que puede resultar hacerlo en un un país donde las mujeres tampoco pueden caminar en público sin la compañía de un hombre.
En el sistema de justicia, las mujeres son claramente discriminadas. Como en otros países con una interpretación estricta de la ley islámica, el testimonio de un hombre en tribunales es igual al de dos mujeres.
También es difícil para las mujeres obtener la custodia de los hijos después del divorcio si los niños son mayores de siete años (en el caso de los varones) o nueve (si son niñas). Esta dificultad es aún mayor si la mujer no es musulmana, es decir, si es una extranjera que vive en Arabia Saudita. Sin embargo, algunos aspectos en la vida de las mujeres de Arabia Saudita tienen menos restricciones de lo que se podría esperar.
Las mujeres han podido votar desde 2015. La educación es obligatoria para niñas y niños hasta los 15 años, y más mujeres que hombres se gradúan en la universidad. Pero solo alrededor del 16% de la clase trabajadora está compuesta por mujeres.
Reglas en el modo de vestir
Sin embargo, la ropa que utilizan para trabajar no depende de ellas. Las mujeres sauditas deben cubrir sus cuerpos completamente con una abaya -la característica túnica larga y suelta- en lugares donde pueden ser vistas por hombres que no están relacionadas con ellas.
Por lo tanto, hay espacios exclusivamente para mujeres como pisos específicos en centros comerciales donde las mujeres pueden retirarse la abaya. Fuera de ellos, las mujeres que no siguen esta regla se enfrentan a ser sancionadas.
Pero hay excepciones: a las mujeres no sauditas se les permite legalmente un código de vestimenta más liberal. Si no son musulmanas, se les permite no cubrirse la cabeza.
Por lo general, las mujeres extranjeras que llegan allí afirman tener que cubrirse con una abaya antes de salir del aeropuerto. Pero lo cierto es que los jefes de Estado y las primeras damas extranjeras han visitado Arabia Saudita en muchas ocasiones sin usar abayas ni cubrirse la cabeza.
Buena parte de la vida saudita está segregada por género y esta separación se aplica de manera escrupulosa, incluso en piscinas o gimnasios de hoteles frecuentados por viajeros internacionales.
Aunque otros países en el mundo como Rusia, China o Israel prohíben realizar algunas actividades a las mujeres, pocos son sin duda tan estrictos como Arabia Saudita.