El libro de la semana: «La vida que cuenta»
¿Qué es mejor a la hora de curar nuestras heridas: callar para poder seguir viviendo o vivir para contarlo? Esta semana te recomendamos una novela conmovedora. Se trata de «La vida que cuenta», escrita por el argentino Daniel Waisbrot y publicada por Libros del Zorzal.
«La vida que cuenta» es una novela atrapante y poética. Una familia atravesada por dos dramas: el Holocausto y la Dictadura Militar argentina, dos hechos tremendos en los que confluyen lo más terrible y lo más sublime del ser humano.
Por un lado tenemos a Lutek, el protagonista esencial, quien ve destruido el cálido mundo de su infancia por la irrupción de los nazis en Polonia. Trasladado a Auschwitz y luego a Sachsenhausen, elegido por Mengele para las experiencias médicas más crueles, lo soporta todo: el dolor, el asesinato de su familia, la oscuridad del ser humano, el terror.
Lutek sobrevive y llega a la Argentina en febrero de 1947 con 18 años y “un cuerpo templado por la travesía de esa adolescencia embargada”. Allí se casa y tiene dos hijos: Edy y Silvia y aunque logra armar su familia jamás puede cruzar la barrera en la que el horror se traduce en palabras. Y decide reducir sus recuerdos a permanentes pesadillas y callar…
Muchos años después, su hija Silvia padece la experiencia atroz de la dictadura cuando, a raíz del secuestro y desaparición de su ex marido, debe exiliarse a Finlandia junto a su pequeña.
A pesar del dolor, el destino de padre e hija están marcados por un triunfo secreto que sorprenderá al lector.
En la literatura no abundan obras que traten el holocausto desde la mirada de un niño. Pero Lutek no es sólo un niño. A lo largo de la novela lo vemos crecer y sufrir, tornarse adolescente, hombre maduro que forma una familia y viejo sabio, profundo y dulce, que da al universo una lección final y sabe que ha vencido. Cuando creía que había llegado la paz, Silvia lo lleva, sin proponérselo, a conocer otra forma del dolor que le hace revivir todo: la tragedia de los desaparecidos.
Borges decía que un escritor trasciende cuando logra crear un gran personaje. Lutek lo es y está construido de una manera tan vívida y perfecta, que el lector siente tristeza por no haberlo tratado y, a su vez, orgullo de que haya existido. Theodor Adorno, que conoció el horror de cerca, pronunció la polémica frase: “No se puede escribir poéticamente después de Auschwitz”. Daniel Waisbrot (y Lutek), desde Buenos Aires, demuestra que no es cierto.
Vas a amar este libro y a sus protagonistas. Vas a llorar, vas a recordar el valor de los afectos y vas a comprender que existen varias maneras por las cuales finalmente el amor -incluso el de un desconocido- puede triunfar sobre el mal.
Sobre el autor:
Daniel Waisbrot nació en Buenos Aires. Es psicoanalista y miembro titular de la Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo, institución de la que ha sido presidente en dos oportunidades. Es autor de La alienación del analista (Paidós, 2002), Más de un otro (Psicolibro Ediciones, 2011) y de la novela Y al volver la vista atrás (Ediciones Deldragón, 2006). Es co-compilador de los libros Clínica psicoanalítica ante las catástrofes sociales. La experiencia argentina (Paidós, 2003) y Familias y parejas (Psicolibro Ediciones, 2011); y coautor de los libros Pichon-Rivière, una vuelta en espiral dialéctica (Centro Editor Argentino, 1981), La pareja. Encuentros, desencuentros, reencuentros (Paidós, 1996) y Proyecto terapéutico (Paidós, 2004). Ha publicado numerosos artículos sobre psicoanálisis en diversos diarios y revistas, entre los que se destaca el suplemento de Psicología del diario Página/12.