El día que el Vaticano condenó a Galileo por demostrar que la Tierra giraba alrededor del Sol
Un 22 de junio de 1633 el astrónomo y matemático italiano Galileo Galilei era condenado por la Inquisición católica Romana por su teoría que corroboraba que la Tierra y los planetas giran alrededor del Sol, destronando la teoría geocéntrica aristotélica que afirmaba que el centro del Universo era la Tierra.
En 1610, Galileo publicó su Sidereus Nuncius (Mensajero de las Estrellas), describiendo las observaciones sorprendentes que hizo con un telescopio nuevo, entre ellos, las lunas galileanas de Júpiter. Con estas observaciones y otras adicionales que siguieron, como las fases de Venus, Galileo promueve la teoría heliocéntrica de Nicolás Copérnico. Los descubrimientos de Galileo estuvieron conocidos con oposición dentro de la Iglesia Católica, y en 1616 la Inquisición declaró el heliocentrismo de ser «formalmente heretical».
Luego de ser enjuiciado, Galileo fue declarado culpable, y la sentencia de la Inquisición, emitida el 22 de junio de 1633, constaba de tres partes: Galileo fue encontrado «vehementemente sospechoso de herejía», por haber sostenido las opiniones de que el Sol yace inmóvil en el centro del universo, que la Tierra no está en su centro y se mueve, y que uno puede sostener y defender una opinión como probable.
Galileo fue sentenciado a encarcelamiento por la Inquisición. Al día siguiente, se le conmutó arresto domiciliario para el resto de su vida. Su obra fue prohibida, y en una acción no anunciada en el juicio, se censuró cualquier tipo de producción intelectual, incluidas la que pudiera escribir en el futuro.
El 31 de octubre de 1992, ante la Academia Pontificia de la Ciencia, el entonces Papa Juan Pablo II declaró oficialmente que Galileo Galilei era inocente de la acusación por la que había sido condenado en el año 1633.