¿Tirás el líquido de las legumbres? Descubrí qué hacer con él

El líquido que contienen las conservas de legumbres cocidas suele acabar en las cañerías. Sin embargo, los expertos en nutrición aseguran que no contiene ningún ingrediente nocivo para la salud y, además, se puede utilizar como sustituto del huevo en la elaboración de postres.

Tomás la lata de legumbres cocidas, lo vertís en un escurridor y todo el líquido va a parar al desagüe del fregadero. A continuación, usás los garbanzos o las lentejas y te dispones a calentarlas, añadiendo un poco de aceite de oliva, agua, especias… ¿Sabías que el líquido que acabás de tirar no es malo para la salud y que, incluso, se puede utilizar para elaborar recetas? Su denominación oficial es líquido de gobierno o de cobertura, pero algunos cocineros lo llaman aquafaba y le sacan un gran partido en repostería dirigida, sobre todo, a veganos y alérgicos al huevo.

Desechar ese fluido es una de esas cosas que hacemos por inercia sin que exista ningún motivo lógico. Mucha gente piensa que el líquido que hay dentro de una lata o una conserva es algo raro y peligroso, pero luego se come el alimento tranquilamente. En realidad, forman parte de un mismo producto.

Líquido de cobertura de los garbanzos

Las legumbres cocidas y envasadas en frasco de vidrio cuentan con el beneplácito de los expertos en nutrición como opción cómoda para una alimentación saludable. Son un comodín para quienes no tienen tiempo de cocinar o, simplemente, prefieren dedicar su tiempo a otros quehaceres. No constituyen un alimento ultraprocesado o un precocinado, sino un producto poco procesado. 

La cocción, esencial para disfrutar de las legumbres

En estado crudo, las legumbres tienen unas reducidas propiedades sensoriales y una baja biodisponibilidad de nutrientes, así como ciertas sustancias no nutricionales. Por esta razón, se han desarrollado a lo largo del tiempo diversos procesos culinarios y tecnológicos que contrarrestan estas limitaciones y mejoran su digestibilidad. El tratamiento térmico de cocción de las legumbres, realizado tras un proceso previo de remojo, mejora la calidad nutricional de las semillas, ya que consigue, entre otros muchos cambios, un importante descenso en el contenido de componentes no nutricionales que pueden interferir en la adecuada biodisponibilidad de nutrientes.

La cocción debe ser lenta y progresiva, sin una fuerte ebullición. Esta preparación de las legumbres es una receta tradicional de nuestra dieta mediterránea y constituye un plato muy recomendado debido a su importante composición nutricional con un aporte destacado de vitaminas y minerales.

Este largo proceso de preparación de las legumbres secas, que requiere un tiempo de remojo y una cocción lenta, es un obstáculo para muchas personas, que buscan opciones más rápidas.

¿Qué contiene el líquido de gobierno o de cobertura?

Las conservas de legumbres que se pueden considerar saludables son aquellas que simplemente llevan las legumbres (garbanzos, alubias, lentejas, habas…) y el líquido de cobertura que, en realidad, es el agua de cocción. Por lo tanto es, básicamente, agua con sal. En el proceso de elaboración de una conserva, generalmente, lo que se hace es envasar el producto, añadir el líquido de gobierno, cerrarlo y meterlo en un autoclave, que es una especie de olla a presión muy grande donde se cocina el alimento y a la vez se esteriliza, calentándolo a una temperatura alta para eliminar los microorganismos patógenos o que puedan estropear el producto.

Es la misma agua de cocción que se obtiene cuando se preparan las legumbres en casa. La única diferencia, según el experto, es que está más concentrada y, por eso, es más espesa y tiene esa apariencia que a veces resulta extraña. En muchas ocasiones, los tarros de legumbres contienen un tercer tipo de ingrediente que a mucha gente le da miedo: antioxidantes para evitar que el producto cambie de color, se ponga oscuro con el paso del tiempo y que algunos nutrientes se pierdan. Estos aditivos son inocuos. Entre ellos se encuentra el ácido cítrico o el famoso EDTA. En algunos envases se destaca que no contienen EDTA, como si fuera peligroso, pero no tiene ningún problema.

En cuanto a la sal que contienen estos productos, la cantidad es pequeña en comparación con las conservas de pescado, como berberechos o mejillones, altramuces, pepinillos, cebolletas, aceitunas y otros encurtidos, que contienen una proporción más elevada.  Se considera que un alimento tiene mucha sal a partir de 1,25 gramos por cada 100 gramos de producto; es decir, el 1,25%. En una conserva de garbanzos o de lentejas normalmente hay, aproximadamente, un 0,8% de sal.

Mil y una recetas con aquafaba

Un aspecto de estos productos que produce rechazo es la espuma que genera el líquido de cobertura. Muchas personas las lavan, ven que empieza a salir espuma sin parar y piensan si será peligroso o que le han echado algún producto extraño. Esa espuma se produce, simplemente, por las proteínas que tienen las legumbres y también por otros compuestos, que se llaman saponinas. Se llaman así porque son espumantes (del latín saponem, jabón). Podemos comer el líquido de gobierno sin problemas porque da más sabor y también lo podemos utilizar para hacer recetas.

Aquafaba es el nombre que recibe el líquido de cobertura de las legumbres cuando se utiliza como sustituto tecnológico del huevo. Se emplea, sobre todo, en recetas vegetarianas, veganas o para personas alérgicas al huevo.

Uno de los usos más habituales es en la mayonesa: en vez de añadir clara de huevo, se añade una cucharada de ese líquido de los garbanzos, que sirve como emulgente. Lo cierto es que se puede utilizar en todas las recetas en las que se utiliza huevo como emulgente: merengues, bizcochos, tortitas, macarons, gofres, mousses, helados

Así, por ejemplo, el menú de una familia puede constar de un potaje de garbanzos y un mousse de chocolate. Basta con extraer el líquido de cobertura del bote de legumbres y reservarlo para el postre. Tal y como se hace con la clara de huevo, en este caso también hay que montar a punto de nieve ese fluido denso. Eso sí, habrá que tener cuidado con la cantidad de azúcar que pongamos en ese mousse para que sea saludable

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