El secreto para mantener tu ollas como nuevas
Para aquellas personas que no saben cómo deshacerse de la grasa que se acumula en ollas y sartenes, en esta oportunidad compartimos todo lo que hay que saber para limpiar la misma con bicarbonato de sodio. A continuación, todos los detalles.
Por más que se limpien una vez que se termina con su uso, hay algo que es innegable: con el paso del tiempo, los utensilios de cocina van acumulando manchas y residuos de comida, sobre todo las ollas y sartenes.
Lo positivo de esto es que no hace falta resignarse y ceder a la compra de herramientas nuevas: basta con saber que es posible deshacerse de la grasa y las manchas acumuladas y de forma rápida y sencilla.
Como si fuese poco, esto se puede hacer con el bicarbonato de sodio, producto que se encuentra con facilidad en la mayoría de los hogares y que ofrece numerosos beneficios, ya sea para la limpieza o para la salud.
En lo que se refiere a las ollas y sartenes, lo que hay que hacer es mezclar el bicarbonato con vinagre blanco y dejarlo reposar durante al menos una hora. Transcurrido este tiempo, enjuagar con abundante agua tibia y, de ser necesario, limpiar también con una esponja suave.
Listo, es tan sencillo como parece y basta con hacerlo por cuenta propia para comprobarlo. Eso sí, en función de cuál sea la suciedad acumulada, es posible que se requiera de dejar más tiempo en reposo para que la mezcla haga efecto.
El ingrediente secreto
De la misma forma en que el interior de los recipientes de cocina acumula restos de suciedad, el exterior de los mismos también comienza a presentar muestras de grasa y de quemaduras con el paso del tiempo.
Al respecto, hay que saber que el bicarbonato de sodio también es el producto ideal para su limpieza.
En este caso, el procedimiento es un poco más complejo ya que se requiere de más ingredientes. Lo que hay que hacer es lo siguiente:
Sobre la base externa de la sartén o de la olla, espolvorear un poco de sal gruesa y bicarbonato de sodio. Luego, sumar un poco de detergente líquido, cubrir con papel de cocina y humedecer todo con vinagre blanco.
Hecho esto, dejar reposar por un tiempo y finalmente retirar el papel absorbente y enjuagar con abundante agua.